CAMS Gold Star, el Campeonato Australiano de Conductores; Pt. 3
¿Para qué seguir apoyando a los monoplazas si tenemos un Gran Premio en el mundial de F1? Fue en 1989 cuando la categoría cambió de nombre por tercera vez en cuatro años. La Fórmula 2 pasaría a llamarse Fórmula Holden, en un intento de salvar el campeonato relacionándolo con el país. Dicho campeonato terminó usando chasis de Fórmula 3000 y Fórmula Nippon con diferentes motores. Esto significó que el dinero escaseaba y pese a que se mantenía el espíritu artesanal, ninguna marca estaba interesada realmente en el campeonato.
Esto provocó que el mando no oficial lo tomase la leyenda del motorsport australiano Larry Perkins y su empresa de automóviles de competición, llamada Perkins Engineering. De la noche a la mañana no sólo daba Perkins material para el boom dentro de los turismos, también tenía un laboratorio rodante y el apoyo de Holden al respecto: los motores Buick V6 fueron adaptados para los Holden VN Commodore (semilla de los actuales V8 Supercars de la marca de General Motors) tras ser probados en los Formula Holden fuera de campeonato. A su vez, el laboratorio rodante que era esta nueva Fórmula Holden se convirtió en el lugar donde las jóvenes promesas de la marca del león rojo (el llamado Young Lion Programme) se preparaban para ser pilotos del ATCC/V8SC (Australian Touring Car Championship). De esta organización han salido a lo largo de los años pilotos como Mark Skaife, Greg Murphy o los hermanos Kelly, actualmente ligados a los V8 Supercars y en muy buena consideración entre los aficionados aussies. O lo que es lo mismo, Holden usó el Campeonato Australiano de Pilotos como una plataforma de la que lucrarse con el target centrado exclusivamente en Australia.