RECORDANDO A JULES

Carta abierta a Jules Bianchi

Santi Torres
18/07/2015 13:31

Querido Jules:

No sé por dónde empezar. La noticia fue como un jarro de agua fría, aunque viéramos como poco a poco se inclinaba para descargar tristeza y pesar sobre nosotros. No nos movimos pese al chaparrón. Y eso, lo aprendimos de tí. Luchar hasta el final. Tengo claro que eras alguien con un aura especial en este mundillo. ¿Magia? No, más bien capacidad. No pienso quitarte el mérito de llegar a la F1, pues no hay ni motivos ni argumentos. 

Tú fuiste uno de los dos protagonistas el día de mi estreno como medio acreditado en un circuito. Robin Frijns fue tu rival ese día. Tenía más afinidad por ti que por Frijns, y por eso quizá quería que ganases las World Series. Erais dos pilotos con un objetivo: estar en la F1, cumplir vuestro sueño. Os encontrasteis en pista, y no pudo ser. Robin te quitó el título de forma algo polémica, pero no te volviste loco por eso. No te rendiste y apenas cuatro meses después nos volvimos a encontrar en el mismo lugar. Esta vez tocaba entrenar con los chicos grandes.

Era la comidilla del paddock en aquellos test de pretemporada: otra vez el segundo clasificado de las World Series by Renault subiría a la F1. Daniel Ricciardo y Jean-Éric Vergne eran los precedentes, y ahí te inscribiste tú, en esa lista de veintidós locos que se juntaban algunos domingos de cada mes para correr con los prototipos más avanzados del mundo. Lo habías conseguido, estabas en la F1. La oportunidad de tu vida. Y te aferraste a ella. Esa persistencia y el talento que tenías te llevaron a conseguir los primeros puntos en Mónaco 2014. ¡Un Marussia en los puntos! Aún a día de hoy nos parece algo tan raro… pero los conseguiste.

Jules, eres la primera víctima mortal en Gran Premio en más de veinte años. Una triste curiosidad para recordar. A título personal no eres la primera vivida en el motorsport, pero sí en ese lugar especial que ocupa la F1. En los últimos tiempos sufrimos con Dan Wheldon, Shoya Tomizawa y Marco Simoncelli, pero el tuyo fue el primer accidente fatal que vi en directo. La bofetada de la realidad nos ayuda a entender que esto no es un juego de niños. Hemos de dar las gracias por los niveles de seguridad que tenemos hoy en día, y si alguien espera que señale a un culpable, sólo tengo fuerzas y voluntad de señalar al destino. Ese que te puso en F1.

Anoche te fuiste. Cogiste las maletas y marchaste hacia un mundo mejor, que dicen. Intento aún entender lo que significa esta partida, pero es algo complicado. Tu pasaporte se selló ese 5 de octubre, bajo la lluvia constante y molesta de Japón. Ojalá no se hubiesen encontrado tantos factores en un mismo punto, pero sé que seguirás participando en reuniones de pilotos, ingenieros y responsables de la categoría reina. Sé que serás un pilar fundamental para cambiar este deporte en pos de la seguridad. Otra vez perdiste algo en el décimo mes del año, pero no te cansaste nunca de encontrar la salida, hasta anoche. Desde aquel lluvioso domingo, todos rezábamos porque ese avión no despegara, que se quedase en tierra y pudieras quedarte con nosotros. Finalmente alzaste el vuelo y ahora eres una estrella más en el cielo. Buen viaje Jules, no te olvidaremos.

Con mucho cariño, 

Santi