GP de Mónaco - Carrera

Rosberg hace valer su pole y se impone en una accidentada carrera

Víctor Serrano
25/05/2014 16:06

Mónaco es el circuito con la mayor tradición y el mejor envoltorio de todos los que han pisado la Fórmula 1, pero también es el menos agradecido con las carreras. Este deporte vive de los adelantamientos y aquí ver uno es como toparse con un español en Mallorca, un hecho insólito. Por eso, la calificación es cuando se decide todo, y fue allí y ayer cuando Nico Rosberg ganó la carrera. Hoy ha hecho lo más 'sencillo'.

El alemán ha vuelto a alzar el trofeo que mejor le sabe, el que más cerca le pilla del salón de casa, como el año pasado. Una victoria que le devuelve el liderato que perdió en Barcelona y que ha tenido atada desde la primera curva. Era ahí, en Santa Devota, donde estaban puestas todas las esperanzas de un encendido Hamilton para adelantarle y resarcirse de la pole que no pudo conseguir ayer.

Pero le hacía falta algo más que visitar a la mencionada virgen para conseguir tal milagro. No pasó nada en la primera vuelta entre ellos y así sería hasta el final de la carrera. Lewis contaba con intentar ganarle la posición adelantando su parada en boxes, pero el equipo no le llamó y entraron a cambiar ruedas los dos juntos aprovechando una bandera amarilla provocada por un accidente de Sutil al salir del túnel.

Sin embargo, el británico seguía aferrándose a la más mínima posibilidad y no se descolgaba a más de un segundo de su compañero alemán. Parecía que en las últimas vueltas sonarían las cornetas anunciando una emocionante batalla, pero nunca llegó para nuestra desgracia y la de Hamilton. Tanto tiempo aspirando la suciedad del coche de Rosberg hizo que se metiera algo en el ojo izquierdo de Lewis afectando a su visión y a su rendimiento.

Pronto Hamilton veía (a medias) como se descolgaba de Rosberg y se le acercaba a toda velocidad un australiano con sonrisa estampada y manos de seda. A pesar de su mala salida, Ricciardo llegaba hasta él tercero aprovechándose de desgracias varias, como la que acostumbra a tener Vettel, que se quedó sin potencia en su Red Bull. Una oportunidad que no esperaba y que intento aprovechar, pero no había sitio por donde hacerlo.

Cuarto y gracias acabó Alonso. El asturiano arrancó magníficamente bien los primeros metros nada más apagarse el semáforo, pero se encontró en su trayectoria con un Ricciardo extremadamente lento y se vio encajonado viendo como Räikkönen le adelantaba antes de llegar a Santa Devota. Luego, al igual el australiano, recogería las migajas que soltaban los demás como hacen las hormigas, y paso a paso fue recuperando puestos hasta el cuarto final.

Aceptable teniendo en cuenta cómo empezó y el lugar en el que estaba, y fantástico si mira al otro lado del garaje de su equipo. Allí estará un Räikkönen frustrado, y con razón. Tras verse tercero y relamerse pensando en el baño con champán y que podría acabar por delante de Fernando por primera vez, un toque con Chilton cuando este se estaba desdoblando durante el periodo de Safety Car le arruinó la carrera.

Tuvo que entrar en boxes de nuevo a cambiar el juego de neumáticos pinchado y, aun así, volvió a llegar a la zona de puntos. Pero, la rabia de perder la posición de privilegio que tenía le llevó a intentar un adelantamiento imposible a Magnussen en Loews y allí se quedó. Golpe, boxes y 12º final. En esa mítica curva hoy solo tenía licencia para adelantar Sutil, que lo hizo dos veces (a Grosejan y Ericsson) antes de accidentarse.

En esas posiciones de puntos que se le escaparon por dos veces a Kimi, acabaron Hülkenberg; volviendo al lugar que acostumbra; ambos McLaren, tras tres carreras sin puntuar; un Massa que aguantó 45 vueltas con los superblandos; Grosjean; y un impresionante Bianchi. Sí, han leído bien. El prometedor piloto francés llevó hasta la octava plaza a un Marussia, novena final por cumplir un Stop & Go mientras había Safety Car, pero que le sabe igual de bien. Son los primeros puntos de la historia de los rusos. Un hito que celebrarán como una victoria.

Esa es la cara amable de la carrera, en la otra, la de las desgracias, hay unos cuantos pilotos, ocho para ser exactos. Apunten: los nombrados Vettel, Räikkönen y Sutil; Maldonado, que no pudo ni tomar la salida porque se le paró el Lotus; Sergio Pérez, al que se llevó Button por delante en Mirabeau en la primera vuelta; Kvyat, con algún problema mecánico; Vergne y Bottas, ambos tras romper el motor; y Gutiérrez, que se chocó con la barrera de la Rascasse. Como ven, alegrías y penas para todos, y otro doblete de Mercedes, eso no cambia.