Críticas a la gestión del Presidente de la FIA

Mosley culpa a Todt de la crisis económica de la Fórmula 1

02/09/2013 09:40

Max Mosley ha arremetido duramente contra su sucesor en la presidencia de la FIA, el francés Jean Todt, y ha afirmado que los problemas económicos que atraviesan las escuderías de categoría reina son consecuencia directa de su ineficacia para crear e implantar un acuerdo de restricción de recursos efectivo.

Pocos equipos pueden presumir de disponer de unas finanzas saneadas a día de hoy. Sauber se ha visto obligada a hipotecar un asiento del C33 para obtener un patrocinio que asegurara la supervivencia de la entidad, mientras que formaciones de la talla de Lotus ya han agotado el presupuesto previsto para la temporada y pagan con retraso los sueldos de sus trabajadores. Según Mosley, el responsable de tal situación no es otro que el máximo dirigente de la Federación.

Jean Todt nunca fue un buen amigo de los controles de gastos

Cuando el rotativo alemán Welt am Sonntag le preguntó si cree que no consiguió controlar los gastos de la competición durante su mandato, Mosley fue sincero.

"Nadie podría o querría haberse unido. Los equipos introducían sus propios límites, pero nunca resultó efectivo. Al final, era una carta de intenciones no vinculantes. Era ineficaz, parcialmente porque mi sucesor, Jean Todt, nunca fue un buen amigo de los controles de gastos. Ahora la Fórmula 1 tiene un gran problema".

Aun así, Mosley no cree que la solución al problema pase por ampliar la retribución económica que perciben las escuderías del director ejecutivo de la competición, Bernie Ecclestone.

"Si los equipos grandes recibieran más dinero de él, se lo gastarían de todos modos. Por otro lado, la Fórmula 1 no cambiaría sustancialmente si todo el mundo gastara un poco menos de dinero. El problema es la política económica de los equipos".

No es culpa de Ecclestone que los equipos vivan por encima de sus posibilidades

"Ecclestone piensa de una forma muy económica, él es quien ha gestionado con gran éxito todo el lado comercial del deporte. Él trae los circuitos, los organizadores, las televisiones... en otras palabras, él mantiene con vida comercialmente a la Fórmula 1. No es su culpa que los equipos vivan por encima de sus posibilidades", añadió.

Max afirma que el billonario londinense se merece todo lo que ha conseguido en el deporte, y no duda en salir en su defensa ante las acusaciones de soborno al banquero Gerhard Gribkowsky en la compra de los derechos comerciales de la Fórmula 1.

"¿Por qué tendría que haberlo hecho? Pensadlo otra vez. ¿Por qué le interesaría vender el negocio tan barato como fuera posible si su familia aún posee una cantidad sustancial de los derechos de márketing?"