Volkswagen, a niveles de 1958 por la crisis de microchips
La crisis de los microchips y las disrupciones en las cadenas de suministros han dejado la producción de la mayor fábrica de Volkswagen en los valores más bajos desde el año 1958.
La factoría que VW regenta en Wolfsburgo tan sólo ha fabricado 300.000 coches en lo que va de 2021, muy lejos de los 815.000 vehículos de 2015 y por debajo incluso de los 500.000 de 2020.
La falta de semiconductores es una problemática común en toda la industria del automóvil. Las previsiones más pesimistas sugieren que no estará resuelta hasta el año 2023.
La planta en cuestión tiene una superficie de 650 hectáreas –el doble que la gigafactoría de Tesla en Grunheide, Berlín– y empleaba a finales del año pasado a 60.000 trabajadores.
El Golf y sus distintas versiones –GTE, GTI, R, Variant– nacen en estas instalaciones, al igual que el Tiguan –incluidos el Tiguan R y el Tiguan eHybrid– y el Volkswagen Touran.
La planta también es responsable de ensamblar el SUV más grande de Seat, el Tarraco, tanto en su variante térmica como en la híbrida e-Hybrid. Los vehículos se exportan a 50 países distintos.
A medio plazo, una de las grandes incógnitas que afectan a este centro es el paso a la electrificación. Wolfsburgo ha trabajado con coches eléctricos desde 2014, pero ahora toca dar un nuevo paso.
Recientemente, el director ejecutivo del Grupo Volkswagen Herbert Deiss denunció que la marca se exponía a perder 30.000 puestos de trabajo si no abrazaba rápidamente la transición a la nueva movilidad.
