PRIMERA PRUEBA

Suzuki Swift Sport 2018: un peso pluma que pone el turbo

Rafael Alonso
11/05/2018 18:34

Suzuki presentó al mundo la tercera generación de su Swift en 2017 y, aunque su preparación N5 para el Campeonato de España de Rallies ya cosecha éxitos y laureles, su versión más deportiva de calle se ha hecho esperar. En SoyMotor.com hemos conducido el nuevo Swift Sport 1.4 de 140 caballos unas semanas antes de su llegada a los concesionarios y nos hemos impregnado de su aroma racing.

El Suzuki Swift Sport es la versión más deportiva y potente del utilitario japonés presentado en el Salón de Frankfurt de 2017, un coche que se ha renovado por completo sobre una nueva plataforma ultraligera Heartect, lo que le ha permitido reducir su peso en 80 kilos respecto a la generación anterior. En esta versión deportiva, el nuevo Swift mide los mismos 3,89 metros de largo que su predecesor, pero su batalla ha crecido en dos centímetros hasta 2,45 metros y, con 1,49 metros, es cuatro centímetros más ancho que el modelo al que reemplaza.

En el exterior, el acabado Sport del Swift se hace patente con un paragolpes frontal más aerodinámico y una calandra más grande y agresiva. Los faldones laterales también son específicos y flanquean a unas ruedas de 195/45 R17 con llantas de aleación. En la zaga, el parachoques acoge una doble salida de escape y, sobre la luneta trasera, luce un pequeño spoiler. La carrocería del Swift sólo está disponible con cinco puertas, aunque los tiradores de las puertas traseras quedan ocultos, y puede ser de siete colores distintos. No obstante, el color Champion Yellow es exclusivo de este acabado y se combina con las lunas tintadas de serie y distintas molduras en negro e imitación carbono para lucir un aspecto juvenil y desenfadado con toques de deportividad.

Bajo su piel, Suzuki ha dotado al Swift Sport de una nueva suspensión con amortiguadores Monroe en ambos ejes, delante es ahora es un 15% más firme y la barra de torsión del tren posterior es más rígida. Los frenos son de discos en ambos ejes, ventilados de 16 pulgadas en el delantero, y sólidos de 15 pulgadas en el posterior. Con todo ello, la versión más deportiva del pequeño utilitario ofrece un gran comportamiento en curva, donde se muestra muy estable y cambia de apoyo con agilidad. Nos ha gustado mucho su capacidad de deceleración y sensación de control en carreteras reviradas.

En el interior del habitáculo, el Swift Sport cuenta con molduras en color rojizo y detalles en negro brillante que delatan su corte deportivo. El diseño del salpicadero es discreto y está fabricado en materiales duros pero de buenos ajustes. Tanto el volante multifunción como el fuelle de la palanca de cambios son de cuero con las costuras en rojo. Los asientos, calefactables de serie, tienen un diseño envolvente que ofrece un buen agarre lateral, aunque pueden llegar a resultar poco confortables a los conductores más corpulentos. Para completar este aroma de deportividad, los pedales son de aluminio, y nos ha gustado mucho el tamaño de la plataforma para apoyar el pie izquierdo cuando no se pisa el volante.

El cuadro de mandos cuenta con una instrumentación específica y su pantalla LCD de 4,2 pulgadas muestra información relativa al ordenador de abordo, además de varias infografías sobre la entrega de potencia y par motor, así como la temperatura del aceite y la presión de soplado del turbo. En la consola central se integra la pantalla táctil de siete pulgadas que soporta el sistema multimedia y es compatible con Android Auto, Apple CarPlay y MirrorLink.

El Suzuki Swift Sport cuenta de serie con un amplio equipamiento tecnológico y de seguridad, que incluye navegador, cámara de visión trasera, faros leds automáticos y luces antiniebla, sistema Start&Stop y arranque sin llave, asistente en pendiente, control de crucero adaptativo con frenada de emergencia, asistente de cambio involuntario de carril y detección de fatiga, y seis airbags.

Para esta nueva generación, Suzuki ha optado por un motor turbo de cuatro cilindros y 1.4 litros, en lugar del 1.6 atmosférico del modelo anterior. Éste entrega 140 caballos de potencia y 230 Newton metro de par máximo, frente a los 136 caballos y 160 Newton metro de su predecesor, y ha reducido su consumo medio homologado de 5,6 a 4,5 litros a los 100. Tal vez sus 140 caballos no parecen demasiados para un coche con pretensiones deportivas, pero gracias a su poco peso y a su notable incremento de par, es potencia más que suficiente para moverlo con agilidad. En cuanto a la transmisión, la casa japonesa ha mantenido la caja de cambios manual de seis velocidades del anterior Swift Sport para llevar su potencia al eje delantero, pero la ha revisado para ofrecer un mejor tacto y unos desarrollos más largos.

Durante la prueba nos ha parecido que el Swift Sport empuja con fuerza desde la parte baja del tacómetro y sube con alegría hasta 5.000 revoluciones por minuto, pero no se estira mucho más allá y encuentra su límite antes de las 6.000 vueltas. A bajo régimen, o cuando se suelta el acelerador, nos ha llamado la atención un peculiar sonido de la transmisión, pero este desaparece en cuanto se pisa de nuevo el gas. Por contra hemos echado en falta algo más de sonoridad en su escape que, pese a contar con dos colas, es más silencioso de lo deseable tanto en aceleración como en retención.

Su dirección es precisa y transmite bien la información de cuanto pasa bajo sus neumáticos, que muestran un buen agarre. La suspensión es firme, pero no incómoda al pasar sobre algún bache o badén, y ofrece una gran confianza al frenar con intensidad o atacar una curva con velocidad.

En cuanto a su precio, el Suzuki Swift Sport cuesta 21.370 euros, sobre el que la marca aplica un descuento de lanzamiento de 2.000 euros, por lo que se queda en 19.370. Éste es un precio superior al de un Ford Fiesta 1.0 ST-Line de 140 caballos y similar al del Seat Ibiza 1.5 TSI de 150 caballos, pero ambos son más pesados y ofrecen un equipamiento de serie inferior. Por contra, modelos como el Peugeot 208 GTI o el Renault Clio RS son más potentes, pero también más caros.

En definitiva, el Suzuki Swift Sport es un coche juvenil y divertido con una relación peso potencia muy interesante y un nivel de equipamiento bastante amplio. Un modelo con pedigrí deportivo que servirá de base para los nuevos coches de la Copa Suzuki Swift.

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