La exclusividad de tener un Ferrari
Ferrari siempre ha estado relacionada con la exclusividad, más todavía en el caso de modelos especiales. Cualquiera no puede tener un Ferrari, y así lo explica el Jefe de Marketing y Comercial de la marca, Enrico Galliera.
"Tenemos más demanda que oferta. Así que lo que hacemos es buscar un criterio que nos haga recompensar a los buenos clientes." En ese sentido, los modelos o series especiales son considerados un regalo hacia los más fieles clientes.
Un ejemplo es el LaFerrari, del que sólo existen 500 unidades. Antes de iniciar su producción, Ferrari se puso en contacto con sus mejores clientes, aquellos que consideraban que eran dignos de tener el superdeportivo. Sin ni siquiera verlo, todos dijeron que estaban interesados en adquirirlo, de modo que la oferta estuvo agotada antes incluso de existir.
Aunque la marca se haya popularizado, e incluso caído en un tópico de coche simplemente decorativo para impresionar a quienes no pueden tenerlo, Ferrari tiene clara aún su vocación de especialidad, de detalle, algo que siempre tuvo muy presente Enzo Ferrari. Incluso han rechazado peticiones de monarcas y estrellas de cine. El cliente Ferrari sigue siendo el cliente fiel.
Pero como la oferta es menor a la demanda, se produce el hecho curioso de que algunas personas tienen prohibido adquirir un modelo de la nueva gama. Como por ejemplo, los empleados de Ferrari no pueden comprarse un nuevo modelo, y sólo los pilotos de la Scuderia tienen la posibilidad de comprarlo. Porque, dice Galliera, "con tan poca producción y con clientes esperando tanto tiempo para tener su coche, no resulta bonito que los empleados tengan antes el coche."
Ferrari sigue siendo especial. Todo el mundo quiere un coche con el Cavallino Rampante en la carrocería, pero no todos son dignos de tenerlo.
