Chile nacionaliza su litio en plena eclosión del coche eléctrico
Chile nacionalizará la industria del litio y creará en su lugar una empresa de titularidad estatal que se encargará de la extracción y comercialización de este mineral, crucial en la producción de baterías para coches eléctricos.
El crecimiento exponencial del vehículo eléctrico va acompañado de un incremento dramático de su demanda. Tan sólo en Chile, el año pasado se multiplicaron por seis las exportaciones de litio a otros países.
La perspectiva de que este crecimiento exponencial se mantenga ha llevado al Ejecutivo a dar un paso adelante para aprovechar “una oportunidad de crecimiento económico que difícilmente se volverá a repetir a corto plazo”.
“Nuestro desafío es que Chile sea el principal productor de litio en el mundo, aumentando su riqueza y desarrollo, y distribuyéndola justamente y protegiendo la biodiversidad”, ha declarado el presidente Gabriel Boric en la presentación de la conocida como Política Nacional del Litio.
Actualmente operan en Chile dos empresas que se encargan de la explotación del Salar de Atacama, que concentra el 90% de las reservas conocidas de litio del país. Son la chilena Sociedad Química y Minera –controlada sin embargo por la compañía china Tinqi– y la estadounidense Albemarle.
En virtud de la nacionalización del litio, a partir de ahora toda explotación se hará en el marco de una colaboración publico-privada donde el estado chileno tendrá el control último sobre el producto. Lejos de rescindir los acuerdos existentes –el de SQM termina en 2030, el de Albemarle en 2043–, los revisarán para adecuarlos a la nueva realidad del país.
Chile sigue de este modo los pasos de México, que el año pasado también nacionalizó sus reservas de litio. Aun así, el hecho de tratarse del segundo productor a escala mundial implica que en este caso las repercusiones son mayores. Se estima que más de la mitad de las reservas mundiales están entre Chile, Argentina y Bolivia.
