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Audi inicia un proyecto para conseguir emisiones negativas de CO2

09/09/2020 17:55

Audi ha revelado un plan piloto para pasar de emitir dióxido de carbono a capturarlo y ‘hacerlo desaparecer’, para así obtener así ‘emisiones negativas’. Un paso más del Grupo Volkswagen para mejorar el impacto medioambiental de la movilidad, en un momento en el que la electricidad y el hidrógeno aún son incipientes.

Algunos pueden pensar que esta ofensiva del Grupo VW está destinada a mitigar los daños de imagen del Dieselgate, a la vez que prolongar la vida de los motores térmicos más allá de los plazos que los gobiernos están implementando, plazos que la industria ve muy difícil cumplir.

Hace unos días se reveló que  VW no cierra la puerta a la Fórmula 1 si se usa gasolina sintética ‘carbon neutral’ y que Porsche  cree que los e-fuel serán para la competición y los coches alto de gama, una gran alternativa, necesaria porque el motor térmico tiene mucho tiempo por delante.

Audi está trabajando desde hace mucho tiempo en nuevos combustibles.  Desde 2015 está trabajando para elaborar combustible Diesel sintético y está preparada para fabricar 400.000 litros de este combustible para pruebas reales. También está  trabajando en obtener gasolina sintética.

Ahora, Audi ha lanzado un nuevo programa de la mano de la empresa sueca Climeworks: se trata de construir una planta de captura de dióxido de carbono en Islandia para transformarlo en carbonatos minerales. La idea no es convertirlos en combustibles, sino retirar CO2 del aire.

Recordemos que en esta isla noratlántica, volcánica y de espectaculares glaciares, Geely está estudiando el Vulcanol,  metano sintético a partir de la energía geotérmica de los volcanes, capturando el CO2 emitido por estos e hidrogenándolo; el hidrógeno se obtiene del agua marina mediante electrolisis y es aquí donde entra la energía geotérmica para crear la electricidad necesaria para el proceso… pero en este caso parece que Audi no busca crear combustible sino sacar CO2 de la 'circulación'.

 

La idea de Audi es capturar el CO2 atmosférico y transformarlo de gaseoso en mineral. El proyecto es una planta capaz de capturar 4.000 toneladas de CO2 anuales a base de filtrar el aire, bloquear las partículas carbónicas y devolver 'aire limpio' a la atmósfera. El CO2 se envía bajo tierra para 'mineralizarlo' usando procesos naturales.

El aire pasa a través de un filtro que captura el CO2. Cuando el filtro se satura, se calienta a 100 grados gracias a calor geotérmico y se vierte en la corriente de agua de una central eléctrica geotérmica, y de esta forma descienda a 2.000 metros bajo tierra. Allí encontrará rocas basálticas y se transformará en carbonatos, en una reacción natural que puede durar varios años.

La idea de Audi es clara: 'descontar' el dióxido de carbono capturado de las emisiones de sus automóviles, una forma de evitar las cuantiosas multas que impone si las emisiones medias de sus vehículos superan determinados niveles. Hagen Seifert, responsable del Departamento de Concetos de Productos Sostenibles lo admite: "La absorción de anhídrido carbónico de la atmósfera es una medida importante para alcanzar los objeticos medioambientales del Grupo".

La técnica empleada en Islandia podría aplicarse en otros lugares del planeta, aunque no hay muchos lugares que resulten tan idóneos por la composición de las ricas del subsuelo, agua y el poder aprovechar la energía geotérmica para disponer de electricidad para la hidrólisis.