Aston Martin Vanquish S Red Edition: despedida de altos vuelos
El Aston Martin Vanquish se presentó en el año 2001 con un motor V12 de 466 caballos. Quince años después, el último Vanquish es tan excitante como el primero, sólo que ahora con 600 caballos en el mismo propulsor V12 en su versión Vanquish S. El modelo más emblemático de la gama actual de Aston Martin se haya utilizado para homenajear a las Red Arrows de la Royal Air Force británica.
La idea surgió del concesionario oficial de la marca en Cambridge. Hacer una edición especial en homenaje al cuerpo acrobático de la armada. En el fondo, no son más que retoques estéticos en el coche, sin que afecte al rendimiento o a los componentes principales, pero le dan un aire muy exclusivo.
Para empezar, el color. Es el mismo tono 'Eclat Red' que usan los aviones Hawk T1 utilizados por el grupo acrobático. Y para hacer más similar a un avión al Vanquish S, se le han añadido toques azules y blancos en los laterales, simulando el cielo y las columnas de humo blanco que lanzan los aviones en sus acrobacias. Detalles.
Como el del techo en fibra de carbono, que quiere imitar a la cúpula de los aviones. O los escapes de titanio, quizás la única modificación sustancial en lo mecánico. Y por supuesto, en los laterales del parachoques delantero, la Union Jack, muy sutil, pero muy presente.
En el interior, el emblema del escuadrón está insertado en los asientos, que a su vez son del color verde de los monos usados por los pilotos. Junto a todo ello, quien adquiera uno de estos exclusivos coches, se llevará también una maqueta del modelo, otra de la avión de las Red Arrows, dos chaqueta del escuadrón, dos monos de carreras, funda para el coche, y maletas a medida.
Serán sólo 10 las unidades del Vanquish S Red Arrows Edition. Nueve de ellas se venderán al público, firmadas cada una por uno de los nueve miembros del escuadrón. La décima se donará a la fundación benéfica de la RAF, para ser vendida con fines benéficos. Sólo se podrá comprar el coche en el concesionario de Aston Martin Cambridge, y aunque no sabemos el precio, seguro que es algo superior a los 300.000 euros que cuesta en España.
