Así explota un compresor
Carreras de Dragsters. Esas bestias estadounidenses que consisten en llevar el motor más grande posible e ir recto a toda velocidad. Un espectáculo visual y sonoro.
El problema es que esos motores están muy apretados, en busca de todo el caballaje que puedan soportar y alimentados con nitrometano. A veces algo falla y, cuando eso sucede, suele resultar en una gran explosión.
Como en este caso. El coche de Sean Belt cuenta con un motor Chevy con una importante sobrealimentación. La aceleración es bestial, pero algo falla y el resultado es una gran explosión –los componentes no saltan por los aires porque los contiene un 'pañal' de kevlar–, una gran bola de fuego que se disipa bastante rápido por suerte, y un sonido inquietante, un soplido que va disminuyendo hasta que desaparece. El sonido de la destrucción de un componente fundamental, el compresor.
Mira y alucina.
