Wolff quería que Hamilton fuera declarado campeón como Todt logró con Kankkunen en el WRC en 1986

18/12/2021 10:18

¿Os imagináis que Max Verstappen tuviera que entregar su trofeo de campeón a Lewis Hamilton en los test de pretemporada o en el primer Gran Premio de 2022?

Es cierto que hubo una ocasión en el que el ganador declarado de una carrera debió devolver la copa a quien fue finalmente ganador real. Sucedió el viernes 18 de julio de 2003, en Imola, Kimi Räikkönen restituyó a Giancarlo Fisichella el trofeo de ganador del Gran Premio de Brasil, la carrera anterior y Fisichella le entregó el trofeo de segundo clasificado, en una ceremonia pública y simbólica de intercambio de trofeos en la línea de meta del circuito.

Todo porque el grave accidente de Mark Webber y Fernando Alonso, bajo una lluvia torrencial, hizo detener la carrera 16 vueltas antes de lo previsto y provocó un caos entre los cronometradores, porque en esa vuelta Fisichella se salió y fue adelantado por Kimi… pero contaba la vuelta anterior. Fue el día del podio absurdo: primero y segundo cambiados, y el tercero, ausente, porque Alonso recibió su copa de tercero en el hospital.

Pero obviamente no hubiera sido muy bonito para la FIA tener que echar marcha atrás tras una ceremonia de gala… En caso de que Mercedes hubiera ganado la apelación, cosa que se estima poco probable –aunque argumentos para ello había– porque significaba poner en entredicho a Michael Masi y los comisarios deportivos y arrojar mucha más leña al fuego de la polémica.

Hubo una ocasión en la que sí sucedió esto… y Jean Todt debe recordarla muy bien porque estuvo directamente implicado y la reclamación que dio lugar a todo ello fue suya. Entonces Todt no era federativo, sino el director deportivo del equipo Peugeot en el Mundial de Rallies.

Sucedió en 1986, es decir hace 35 años. Markku Alen fue campeón de rallies por 11 días. Después, debió entregar el título y el trofeo pasó a  Juha Kankkunen, que precisamente se había convertido en su compañero para 1987.

Todo porque en el Rally de San Remo, la manga italiana del Mundial, los Peugeot fueron excluidos por una irregularidad técnica antes de iniciarse la última etapa cuando un comisario técnico creyó encontrar unas ‘faldillas aerodinámicas’ –prohibidas desde el Tour de Corse– en los 205 Turbo franceses. Los comisarios deportivos decretaron la exclusión de los coches franceses y no les permitieron continuar ni cuando Todt anunció su decisión de apelar. Dicen que la mano de Cesare Fiorio, el responsable deportivo de Lancia, influyó en la decisión.

El 18 de diciembre de 1986, el día después de la entrega de Trofeos, se vio la apelación… justo cuando el controvertido Jean Marie Balestre anunciaba su dimisión  como  presidente de la FIA por razones de salud; de hecho estaba hospitalizado. El Tribunal de Apelación decretó que la exclusión era ilegal, que el comisario técnico erró porque las piezas de madera incriminadas no eran las faldillas sino el soporte de las mismas y estaban homologadas; simplemente retiraron las faldillas, como dice el reglamento, aunque no los soportes.

Los miembros del tribunal hubieran reinsertado a los Peugeot en la clasificación si hubieran podido… pero como les fue impedida la continuidad en la prueba y por tanto finalizarla, no tuvieron más remedio que ‘excluir’ la prueba del Mundial. Alen perdió los puntos de esta victoria y de nada le valió haber ido a correr el Rally Olympus en Estados Unidos, la última prueba puntuable, válida sólo para el campeonato de pilotos, y la última prueba en la que pudieron correr los Grupo B. 

El lío de Mercedes de este año es justamente cuando Jean Todt ‘tire sa reverence’, como dicen los franceses. Es decir, se jubila de la presidencia de la FIA. Son cosas del destino.