Spa: de Michael a Mick, 30 años de historia Schumacher

27/08/2021 09:42

Fueron, sin duda, momentos inolvidables, aunque él no pudo vivirlos directamente, aunque a buen seguro los tiene bien grabados en la mente más por las explicaciones paternas o de personas allegadas que por lo leído. Quizás sólo Gary Anderson, exingeniero de F1 metido hoy a comentarista técnico y periodista, pueda sentir algo similar, porque él diseño aquel Jordan 191 con el que debutó Michael.

Pero hoy seguramente sentirá una emoción mayor, aunque quizás, como el Káiser, no lo deje traslucir y su rostro permanezca hierático. No pilotará un coche de los de su padre. Esta vez pilota su Fórmula 1, el Haas. Seguramente le gustaría que fuera más competitivo, como el que permitió a su padre ponerse en evidencia en el primer Gran Premio e inmediatamente pasar a Benetton y comenzar el camino que le llevó a ser el más grande de la F1 y al que hoy aspira a destronar Lewis Hamilton.

Lo del debut de Michael fue algo que pocos esperaban. Hasta entonces era simplemente un buen piloto, prometedor, sin más. No tenía que haber debutado en F1 y quizás nunca hubiera llegado de no ser porque Willi Weber se movió muy rápido.

Aquel Jordan estaba en manos de Bertrand Gachot. El belga había conseguido superar las preclasificaciones, pero Eddie Jordan quería más dinero y las facturas se acumulaban y llegó el episodio de Gachot en Londres, arrestado por pegar a un taxista, pocos días antes del Gran Premio de Bélgica.

Jordan necesitaba dinero. Willi Weber, el representante de Michael, lo sabía y convenció a Mercedes para que abonará 127.000 euros a Eddie Jordan para que Schumacher sustituyera a Gachot en Bélgica.

Contra pronóstico, Michael se clasificó, aunque a tres segundos de la Pole de Ayrton Senna… lo que levantó todos los comentarios. En carrera, sin embargo, quedó inédito: abandonó sim embrague en la arrancada.

Pat Symonds le conocía algo. El año anterior, cuando Pat estaba en Reynard, diseñando un F1 nonato, fue a hablar de la posibilidad de pilotarlo. Entonces Pat no lo conocía, sabía que había ganado en Macao y que era uno de los pilotos de Mercedes en Resistencia, pero no había encontrado ninguna razón para seguir su trayectoria. Sin embargo, en aquel encuentro Symonds descubrió la otra cara de Schumacher: su madurez, su implicación en la técnica. Quizás ello fue determinante para que Benetton lo fichara de inmediato.

Jordan dijo que tenía una opción y hubo un pequeño rifirrafe. Pero Eddie se dejó llevar por su pragmatismo comercial –quizás fruto de su pasado de banquero–. Puede que pidiera un traspaso a Benetton, pero en cualquier caso eso le dejó las manos libres para seguir vendiendo el volante en los siguientes Grandes Premios y las finanzas del equipo lo agradecieron.

Mick ha admitido que "será un momento muy especial", aunque las circunstancias serán distintas. Posiblemente estará más cerca en tiempo de la Pole de lo que estuvo entonces su padre, pero en el fondo sabe que no podrá superar la Q1, como mucho escapar a la última fila, salvo que haya grandes sorpresas y aunque ahora la fiabilidad de los coches es muy elevada, a priori los puntos le están vetados aunque haga muy buena carrera… salvo que haya una hecatombe 'a lo húngara'.

Pero Schumacher Jr. sabe tener paciencia, esperar su oportunidad. De momento le interesa aprender. Sabe que el próximo año seguirá en F1 y seguramente con mejor coche y ha demostrado inteligencia al gestionar su carrera –el apellido no lo es todo– cuando reclamó "el derecho a cometer errores" en su primer año en Fórmula 1, donde la ausencia de test impide acumular experiencia.