Ron Dennis no se va, le echan

16/11/2016 10:34

A Ron Dennis sus socios le han 'dado la regadora' o la 'patada en el culo', según muchos. Para la globalidad, Ron - con sus pros y contras, sus filias y parafilias - es figura insustituible del imaginario de la F1. Tanto que lo consideran una pérdida poco menos que irreparable e insustituible. Pero mucho me temo que lo sucedido era una muerte poco menos que anunciada, como diría un novelista, y que sólo podía evitar un milagro. Un milagro de esos que en la F1 siempre se loan y mitifican pero que de verdad de verdad no existen.

Querer constreñir la decisión de los socios - Mansour Ojjeh y/o el fondo bareiní Mumtalakat - meramente a la falta de resultados en la F1 sería no sólo erróneo sino absurdo. Hoy la F1 es sólo una parte del negocio de McLaren Technology Group, donde se engloban asimismo los famosos coches GT actuales de la marca, con los que Ron Dennis quería hacer competencia total a Ferrari también en las carreteras en lugar de ceñirse exclusivamente a las pistas.

Lo sucedido hoy es el resultado de una situación compleja que comenzó a labrarse en 2014, cuando tras un doble trasplante de pulmón, Mansour Ojjeh y este debió ceder su puesto de director del borrad a su hermano pequeño Aziz.

Por entonces Ron tomó algunas decisiones, como las de volver a asumir el control directo de la compañía y de la F1 - que había tenido que dejar a resulta del 'spygate' que saltó a la luz a raíz de la pugna entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton a finales de 2007 -, despedir a Martin Whitmarsh - el hombre de confianza de Mansour -, la pérdida de un patrocinador principal en el equipo con la marcha de Vodafone y el negarse  a captar algunas empresas interesadas en cubrir ese rol por entender que no se ajustaban al perfil que quería para McLaren o no estaban dispuestos a pagar lo suficiente, y un fuerte programa de inversiones en McLaren Cars. En varios de estos aspectos Mansour se sintió traicionado por el hombre que era no sólo socio sino también amigo.

Ya a finales de 2014, cuando Mansour volvió a estar activo, las divergencias saltaron a la luz. Mansour y el fondo de inversiones bareiní - que siempre estaba al lado del financiero francosaudí - quisieron comprar a McLaren sus acciones. Ron contraatacó con una oferta para comprar él las acciones de sus todavía hoy socios y se le dieron dos años de tiempo.

La actividad de Ron ha sido frenética. Formó parte incluso de una misión oficial de empresarios británicos - con el presidente David Cameron al frente - visitando China en busca de los millones asiáticos. Se aferró al sueño de los años de gloria que vivieron juntos McLaren y Honda para intentar revivirlos, olvidando que los últimos intentos japoneses - con Bar y en solitario - fueron un fiasco. Tampoco logró convencer a Honda para que McLaren pudiera realizar la nueva generación NSX, llegan a decir algunos.

El tiempo ha expirado. El equipo de F1 no cosecha los resultados deportivos esperados y posiblemente financieros esperados. Y el dinero de los chinos, unos 1.600 millones de euros, cien arriba o abajo, o no ha llegado o ha sido considerado insuficiente por los otros socios. 

Se abren ahora muchas incógnitas. La del equipo. La de la relación con Honda. El futuro de Alonso. El nombre del nuevo hombre fuerte del Team McLaren. La reconversión del equipo. Por supuesto, también de las muchas otras actividades del grupo que afectan a la F1 (McLaren Electronics es el proveedor único de las centralitas electrónicas) y otras categorías (es proveedor cualificado de la Fórmula E). Todo esto es algo que se irá decidiendo en los próximos días.