Robert Kubica: El largo camino para un retorno imposible

22/11/2018 18:02

Mañana cuando Robert salte a pista con el Williams para los Libres 1, lo hará de una forma distinta a la de sus presencia en los Libres 1 de España y Austria. Es cierto que aquí tampoco pasará de los Libres 1, pero sabe que su espera ha terminado: El próximo año será titular de pleno derecho en Williams, ocho años después de que viera casi truncadas no ya sus esperanzas de llegar a campeón de F1, cosa que entonces muchos daban como muy probable, sino su carrera en F1. Aquí, en Yas Marina, puede decirse que Kubica la retoma, que el suyo es su primer test pretemporada 2019.

Alonso y Kubica. Dos pilotos unidos por una fuerte amistad y que estuvieron muy cerca de ser compañeros en Ferrari en 2012. Ferrari no deseaba prorrogar el contrato con Massa y Kubica era el elegido, pero un accidente durante un pequeño rally italiano justo antes de iniciarse la pretemporada 2011 truncó –muchos pensamos entonces que para siempre– su carrera deportiva. Quedó rota así sin concretarse la que habría sido con toda probabilidad la pareja de pilotos más fuerte que jamás haya tenido Ferrari. "Fue doloroso no poder correr en F1, pero más doloroso no poder correr con Ferrari", dijo hace no mucho el piloto polaco.

No deja de ser curioso que Fernando Alonso haya declarado recientemente que los rallies no entran en sus planes de futuro porque no cree tener el talento para esta especialidad mientras Robert explicó que eligió los rallies como medio para mejorar su competitividad: "No me conformaba con ser lo bueno que era. Quería más y pensé que los rallies me darían el plus que buscaba. Me lo dieron, pero pagué un precio muy caro".

Es más. Quizás propició que Kimi Räikkönen –a quien Ferrari 'sacrificó' en 2010 para propiciar la llegada de Fernando Alonso– volviera a la F1 desde el mundo de los rallies, al que se había reconvertido con pasión. Renault llamó al finés para 2012 una vez se confirmó que Kubica tampoco podría correr ese año... aunque quizás lo hubiera hecho de todas formas si Kubica hubiera ido a Ferrari.

Pese a su fama en F1, donde todos apostaban por él como piloto de futuro desde que fue llamado por BMW a mediados de 2006, el año del segundo título de Fernando Alonso, Kubica comenzó en los rallies de forma modesta en 2010 con el permiso de su nuevo equipo de F1, Renault. 

En pequeñas pruebas italianas, con coches modestos para ir progresando. Una actividad que comenzó pasito a paso, con buenos resultados aunque en pruebas menores hasta que el 6 de febrero de 2011 sufrió un espectacular stop en la Ronda de Andora. Esta vez estaba a los mandos de un Skoda Fabia S2000, un coche ya de prestaciones más que respetables, cuando uno de los virajes fue chocar contra el raíl. Un incidente que hubiera sido banal si el raíl no se hubiera partido y hubiera traspasado el coche como una lanza, de morro a cola. Y en su trayectoria encontró la pierna y el brazo derecho de Robert.

Tuvo suerte. Unos centímetros de diferencia y el raíl hubiera encontrado de pleno el cuerpo del piloto. Pero en este sentido Robert tuvo suerte. Como la había tenido en el apabullante accidente del GP de Canadá de 2007 –llegó a soportar esfuerzos de 75G–... del que se vengó consiguiendo en la Ille de Notre Dame su única victoria en F1. 

Se vengó también de su accidente en Andora. Su recuperación fue lenta. Su brazo quedó muy maltrecho y una recuperación total del mismo está descartada. Las secuelas son visibles. Pese a ello decidió volver a los rallies. Y hacerlo más o menos donde los dejó. Primero con pequeñas en Italia... Aunque su debut debió postergarse; en invierno en 2011 sufrió una caída saliendo de casa y se fracturó una pierna. 

Una situación que no era nueva para él. En 2003 también debió postergar su debut en F3 a causa de un grave accidente de tráfico que sufrió en Polonia cuando iba con unos amigos; se fracturó un brazo; una placa de titanio 18 tornillos y una protección de plástico en el brazo no le privaron de ganar en Norisring el día de su retorno.

La 'venganza' sobre ellos rallies llegó en 2013, tras acordar con Citroën la disputa del Mundial de WRC2 con su DS3 RRC. Sexto en Portugal en su debut, pero victorias en Grecia, Italia, Alemania, Francia y Catalunya amén de un segundo puesto en Finlandia le dieron el título, ¡por fin un campeonato del mundo! Es más, incluso fue 13º en el Mundial absoluto. Esto le valió disputar el Mundial de 2014 con Ford –(6º en Argentina y 8º en Australia– y ganar el Janner Rally del Europeo. En 2015 prosiguió con un Ford privado –9º en Portugal, 8º en Polonia y Gran Bretaña–.

Pero Kubica seguía en sus trece: el objetivo era volver a la F1 por más que reinaba un cierto escepticismo. En 2016 volvió a los circuitos en las 12 Horas de Mugello con un Mercedes GT3 y en 2017 corrió las 12 Horas de Dubái con un Porsche.

En 2017 debía dar el 'salto' al WEC. Firmó con el equipo de Colin Kolles... pero al ver la poca competitividad del mismo decidió no proseguir por ese camino. Tampoco su intentó de correr en Fórmula E –quería debutar en la última prueba del campeonato 2016-2017 en Nueva York–, llegó a buen puerto.

Para entonces, Robert ya tenía claro que no debía diversificar esfuerzos: la F1 o nada. El 5 de junio de 2017, en Cheste, tuvo la ocasión de pilotar un Renault de 2012 y sorprendió a todos. Esto le abrió las puertas de rodar en el test oficial tras el GP de Hungría, donde fue el 4º más rápido, a segundo y medio de Vettel.

Pero la 'vía Renault' parecía no poder fructificar, así que Kubica llegó a un acuerdo con Williams, realizado dos días test, uno en Silverstone y otro en Hungría. La decisión de Felipe Massa de abandonar las F1 –Williams le había pedido el aporte de patrocinio y el brasileño se negó– dejó abierta la posibilidad de correr ya en 2018 con el equipo británico, sobre todo tras el test post temporada con el coche de 2017 en Abu Dabi, donde completó un centenar de giros. Una posibilidad que quedó frustrada con la llegada de Sergey Sirotkin con SMP Racing detrás. 

Kubica siguió con el equipo, como probador y reserva, tomando parte en algunos test y sobre todo trabajando en el simulador. Él está seguro de que está preparado y hay muchos aficionados que esperan con ilusión y esperanza su retorno… aunque les hubiera gustado que pudiera hacerlo con un equipo más competitivo y no con el que ahora mismo es 'furgón de cola' de la F1.

Su brazo derecho no tiene la fuerza ni la movilidad normales. Los mandos han tenido que ser adaptados y desplazados a la izquierda. "Conduzco en un 70% con el brazo y mano izquierdos", admite. 

Muchos dudan que el Williams sea competitivo en 2019. El equipo en estos momentos parece un desastre. Pero por lo menos Kubica habrá conseguido lo que muchos juzgaban imposible: volver a correr en F1. Una vez más, Robert ha burlado al destino. Ha ganado una batalla que sobre el papel estaba perdida. Y si al final logra asentarse, habrá consumado una vez más su personal venganza. 

No, no lo descarten. Robert ha demostrado que la fe mueve montañas. Y que el duro trabajo, sin desaliento ni respiro acaba dando sus frutos.

Lo confieso. Durante mucho tiempo dude de que Robert pudiera volver a la F1... casi lo descarté. Una cosa es un test y otro colocarse en la parrilla. El problema no está en ir deprisa, sino en reaccionar ante el imprevisto. Pero repasando la trayectoria de Robert comienzo a entender que iba errado.