Mónaco, el circuito de los milagros

19/05/2021 08:25

Y algo similar le sucede a Pierre Gasly, porque el GP monegasco es casi como correr en casa para un piloto francés. Gasly tendría así la ocasión de mostrar en su palmarés las victorias en el circuito más rápido de la actualidad –ganó en Monza el año pasado– y también en el más lento, que sería Mónaco.

Y por supuesto Esteban Ocon. No ha ganado nunca todavía, pero vencer en Mónaco y además hacerlo con un coche francés, Alpine, sería un puntazo en su palmarés.

En Mónaco han ganado los mejores. El palmarés de la prueba está plagado de pilotos que han sido campeones del mundo y de algunos que no han logrado el título, pero han sido protagonistas destacados del Mundial varias temporadas. Pero también ha sido escenario de algún milagro puntual.

Hemos hablado de Ocon. Seguro que Esteban no quiere ni por asomo que su victoria –hipotética– en el Principado represente lo mismo para él que lo que representó para sus compatriotas Jean-Pierre Beltoise y Olivier Panis, ambas bajo la lluvia, o Jarno Trulli: la única victoria en su palmarés. Incluso en el caso de Maurice Trintignant, cuyas dos victorias en F1 fueron en los toboganes entre el Casino y el Puerto.

También este circuito ha sido importante en algunos campeonatos de constructores. Las características del trazado hacen que las ventajas aerodinámicas se difuminen, que los déficits de caballos de potencia puedan compensarse. Y si la carrera es loca y hay lluvia… cualquier cosa puede pasar. ¿Recuerdan que Ayrton Senna estuvo cerca de ganar con el Toleman?

Para algunos equipos pequeños, Mónaco es la única ocasión de hacer puntos durante el año. Esto sucedía de forma muy especial cuando sólo puntuaban los seis primeros.

Por ejemplo, la edición de 1997, bajo la lluvia, Rubens Barrichello llevó el Stewart a la segunda posición tras Michael Schumacher, mientras que Trulli fue quinto con el Tyrrell; fueron los únicos puntos de estos equipos en el año.

El malogrado Jules Bianchi fue noveno con el Marussia en 2014, toda una hazaña que valió dos puntos al equipo y que hizo que todo el mundo pensara en Jules como un posible futuro campeón. Dos puntos que les permitieron acabar por delante de Sauber y Caterham, novenos en la clasificación de constructores, tener un interesante ingreso por derechos comerciales y quizás prolongar su presencia en el Mundial al año siguiente antes de que pasar a denominarse Manor.

Y quizás convenga recordar el carrerón de Alex Caffi en 1990, dos puntos para Arrows al acabar en el quinto puesto… ¡partía desde la 22ª posición en un trazado donde no se puede adelantar! Fue un carrera loca, con sólo siete coches en la meta y Caffi acabó a dos vueltas. Arrows era un especialista en esto: en 1998 Mika Salo y Pedro Diniz fueron cuarto y sexto.