Mercedes se inventa la División de Honor en el GP de España

12/05/2019 21:14

Cinco carreras con cinco dobletes es algo increíble. Y la perspectiva de que, con Mónaco en dos semanas, se incremente la serie a seis, lo nunca conseguido. Ni siquiera los años de aplastante dominio de la Ferrari de Michael Schumacher y Rubens Barrichello, ni la McLaren de Niki Lauda y Alain Prost y el motor TAG-Porsche, o luego con Ayrton Senna en la era Honda, fueron de dominio tan brutal de un equipo.

Tan brutal como para preguntarse si las flechas de plata acabarán el año logrando pleno de victorias. Nadie lo ha conseguido todavía. McLaren estuvo cerca de conseguirlo en 1988 cuando ganó 15 de los 16 Grandes Premios, pero su racha de victorias consecutivas se quebró al cumplirse la duodécima carrera.

De momento van camino de ello. En 2016 hicieron 19 de 21… y una de las que falló fue precisamente el GP de España, donde Hamilton y Bottas se tocaron y tuvieron que abandonar en la primera vuelta. En la carrera de 2019, eso no ha pasado.

Eso sí, el récord de dobletes en una temporada parece que no será complicado. Lo tiene la misma Mercedes con 12 en 2015. Los cinco consecutivos que ya atesoran en este 2019 les permiten alcanzar la cifra de 50 en el cómputo total e igualar así la cifra que obtuvieron en 2014 y también en 2015-2016 –final de temporada y principio de la siguiente–, y que Ferrari también firmó en 1952 y 2002.

La ventaja de puntos es abrumadora. En la clasificación de Constructores le sacan casi 100 puntos a Ferrari –217 contra 121–. Están a poco de duplicarles. Y tienen diez veces más puntos que el líder de la Segunda División, McLaren. Hamilton tiene siete guarismos de margen sobre Bottas… pero Vettel y Leclerc ni siquiera son terceros, porque Verstappen les ha 'robado' esa posición. Eso sí, a casi 50 puntos de Hamilton –112 a 66–. En mi tierra, Catalunya, decimos en estos casos que 'això està donat i beneït' –esto está dado y bendecido–. Es decir, que no tiene vuelta de hoja.

En Ferrari han salido de Barcelona cabizbajos y con el rabo entre las piernas. Ni siquiera han colocado un coche en el podio. En el mismo circuito que les vio dominar en los test de pretemporada, donde hace poco más de dos meses todo parecía indicar que esta vez sí que estaban por delante de las flechas de plata.

Las desgracias nunca vienen solas. En 2016, Max Verstappen privó a Ferrari de la victoria. Hoy les ha privado del tercer escalón del podio, el de la consolación o lo que ya podríamos considerar la victoria de la Primera División. Y ahora también les ha apartado de ese liderato simbólico de Primera División en el Mundial.

Quizá algo hubiera cambiado si Romain Grosjean se hubiese salido con la suya. El francés tuvo sus desencuentros finales primero con su compañero de equipo, Kevin Magnussen, luego con Carlos Sainz y finalmente con Daniil Kvyat. Pudo haber provocado fácilmente un coche de seguridad, pero esta vez falló en sus intentos.

Puede que ver que los cinco primeros coches hayan terminado en 14 segundos y que algo disimule o maquille lo que a todas luces es un dominio aplastante. Seguro que Chase Carey lo agradece, porque le permite mantener la sensación de que es posible dar el vuelco.

Hoy quizá la Fórmula 1 deba darle las gracias a Lando Norris y Lance Stroll. El británico se llevó por delante al canadiense en la vuelta 46, lo que a su vez provocó un Safety-Car que impidió que las diferencias fueran de escándalo.

Por entonces, toda la Segunda División estaba ya doblada y Williams estaba a dos vueltas. En cabeza, Verstappen estaba a medio minuto de los líderes –33 segundos– porque acababa de hacer su segundo pit-stop –que los Mercedes parecían poder evitar– y estaba delante de Vettel. La incógnita estaba en saber si Leclerc, que estaba justo delante de Verstappen, podría aguantar hasta el final sin volver a entrar y sin que las gomas se le vinieran abajo en los últimos giros.

Los de Segunda División estaban ya prácticamente doblados en el momento del coche de seguridad. Carlos Sainz lo había sido un par de vueltas antes y tanto los Haas como los Toro Rosso estaban en el punto de mira de Lewis.

Una pelea interesante, intensa e imprevisible, que se perfila. Y Carlos Sainz protagoniza una ascensión descomunal jugando sus últimas cartas con gran precisión. Y McLaren ve cómo Toro Rosso y Haas están por delante, pero eso bien vale otra historia.

Recuerdo que, en los primeros años de dominio Mercedes, los responsables de la marca estaban preocupados por si la concatenación de éxitos podía ser excesiva. Es cierto que si corren es para ganar, pero también que, por razones de márketing, un dominio absoluto podría restarle valor a los resultados. Hoy no parece que sea así. Las flechas de plata son un muro que protege a la marca de la estrella y frente al cual sus rivales resultan 'estrellados'.