Mercedes cree que una convergencia del rendimiento de los motores sería el principio del fin de la F1

29/11/2020 10:45

Toto Wolff, sin embargo, se opone frontalmente a un sistema de convergencia de las prestaciones de los motores. En su mente seguramente retumban las palabras del Dr. Marko diciendo que "la única forma de alcanzar a Mercedes es penalizándolos". Y esa parece ser la idea que está tras la petición de Ferrari, Renault y Mercedes: asegurarse que ninguno de ellos ve sus resultados perjudicados por el rendimiento de su motor.

"No hay lugar para un sistema de equilibrio de rendimientos. Eso sería el principio del fin de la Fórmula 1. Una unidad de potencia no sólo se mide por su potencia máxima, sino por la forma de entregarla, el peso, la refrigeración, el consumo. Es imposible lograr una fórmula simple que se adapte a todos. Desde luego, Mercedes no la respaldaría".

En el pasado –bastante reciente– se intentó algo similar. Se congelaron los motores y se habilitó un sistema de ‘tokens’ o comodines para que los equipos intentaran solucionar sus lagunas más graves. Fue un fracaso. Los motoristas comprobaron que, con este sistema, Mercedes mantenía su ventaja y pidieron su abolición; con desarrollo limitado no era posible intentar recuperar el terreno perdido.

"Que ahora vuelvan a pedir reintroducir los tokens es sencillamente insultante. No puedo entender que un fabricante de automóviles que es capaz de construir chasis y motores, tuviera que pedir un mecanismo de ayuda para ser competitivo. Sería humillante", señaló Toto, quien en el fondo señala que sería una muestra de su incapacidad.

Wolff además puso el acento que en 2018 y 2019, Ferrari tenía el motor más potente –hasta que la FIA puso coto, mediante algunas directivas y aclaraciones, a algunas de sus astucias– y que Mercedes ya ha invertido mucho trabajo en su propulsor actual.

Para Wolff esto sí que sería algo contra el ADN de la Fórmula 1, el principio del final de la categoría. De hecho, buena parte del mito y el atractivo de la categoría reina reside en la batalla tecnológica, de la que los aficionados no quieren prescindir.