La F1 está al borde del abismo y debe evitar el paso al frente

16/04/2020 08:32

Para la Fórmula 1, debido a su componente tecnológico y a su estructura financiera, esta pandemia es un problema todavía mayor. Un drama en 2020 y una tragedia para 2021. La F1 está al borde del abismo… hay que evitar que dé el paso al frente.

Este año perderán los ingresos de patrocinio –y las cantidades que debían aportar los pilotos–, pero los equipos todavía se repartirán algo más de 900 millones de euros que provienen de los derechos comerciales de 2019. Para el próximo año, sin embargo, la cifra de los derechos comerciales es todavía desconocida, pero sin duda será muchísimo menor y está por ver lo que recibirán de sus patrocinadores.

Christian Sylt, periodista especializado en temas económicos de F1, ha señalado en Forbes que la F1 podría todavía generar 480 millones de euros este año si disputa ocho carreras. Es poco más de un 25% de lo que ingresó Liberty Media el año pasado –2.030 millones, de los que el 68% iba a los equipos–. Y la cantidad a repartir entre los equipos disminuye en la misma proporción, a unos 240 millones de euros. La cifra sale de reducir los ingresos de Liberty Media –canon de los circuitos, canon de televisión y patrocinadores– a ocho carreras… y es un tanto aleatoria, ya que depende de qué pruebas se celebren, ya que no todas pagan el mismo canon.

 

 

Pero los que salen perdiendo son los equipos pequeños porque las cinco escuderías que tienen derecho a un bonus seguirán cobrando una cantidad extra; su contrato, según Formula Money, estipula que ese bonus es el 8,5% de los ingresos de Liberty Media, con un mínimo de 90 millones de euros. De los derechos comerciales de 2019, que se pagan en 2020, el 48% se repartió entre los equipos grandes, Mercedes, Ferrari y Red Bull.

Si se mantuviera el mismo reparto, el décimo del Campeonato apenas percibiría 900.000 euros, según Sylt… no hay ni para pipas, no paga ni un Gran Premio. Puede ser más rentable no correr, permanecer cerrados –y con el personal en ERTE– que estar en las pistas, sobre todo si tenemos en cuenta que no deben desarrollar coche nuevo para 2021, pero el próximo año deben gastar mucho para adecuarse a las reglas nuevas, hacer un coche completamente nuevo y no todos tendrán fondos para correr y a la vez afrontar este gasto; para los pequeños, el límite de techo presupuestario es aún demasiado elevado, inalcanzable.

Es urgente pactar otra fórmula de reparto… o bien Liberty deberá ayudar a muchos equipos para que no desaparezcan… porque sin ellos no hay mundial, pero tampoco sin circuitos o sin televisión.

El problema es que en la F1 existen contratos numerosos, cláusulas y partes que limitan las posibilidades de acción. Por ejemplo, en el contrato de concesión de los derechos comerciales del Mundial por 100 años se estipula que la FIA está obligada a organizar un campeonato del mundo cada año.

 

 

Es más, para que el Campeonato sea válido debe tener al menos ocho pruebas en tres continentes diferentes. No se prevé causa de fuerza mayor que implique la cancelación del Campeonato… y ello puede tener consecuencias, como es obvio.

De otra, los derechos de televisión estipulan que deben celebrarse al menos 15 carreras para que las cadenas paguen la cifra completa. ¿La reducción si esto no se cumple? Está por ver, como lo está la renegociación de los contratos que caducan este año.

Y obviamente los eventos para pagar el canon necesitan que estos se celebren con público, ya que las entradas es la única –o casi la única– fuentes de ingresos. Es más, no podrían siquiera hacer frente a los costes de organización, por lo que Liberty Media en lugar de cobrar debería verse obligada a ayudar en lo económico.

El tema para Liberty Media es que puede verse abocada a abrir la bolsa o cerrar la persiana: o invierte más –y se endeuda si puede– o cierra.

Y todo ello se complica aún más porque deberían estar ya discutiéndose los Acuerdos de Concordia del próximo año. Algunas fuentes señalan que ya estaban sentadas las bases antes de que el coronavirus lo hiciera saltar todo por los aires.

En realidad, todos están entre la espada y la pared. Es una situación de aquellas en las que o bien se sale todos juntos o todos nos ahogamos. Una cosa está clara, si la F1 pierde dos o tres equipos, no habrá sustitutos para 2021 ni para 2022 y será difícil que los haya para 2023.

La travesía del desierto promete ser larga. Si no se salvan los Grandes Premios actuales, será difícil encontrar sustitutos que paguen siquiera lo mismo y las televisiones seguro que deberán hacer frente a una situación nueva: un pastel publicitario mermado y muy fragmentado y quizás, la competencia de ciertos Esports.