Kris Meeke o cuando ser muy rápido no es suficiente

07/06/2018 13:03

Si bien 'descabalgar' a un piloto no es algo nuevo, el hacerlo sin tener a mano un recambio sí que es casi una primicia. Y sobre todo si lo haces con tu jefe de filas. 

Es cierto, en Citroën tienen tres pilotos y medio todavía en nómina: Craig Breen, Stephane Lefebvre y Sébastien Loeb, aunque éste ya ha declinado de antemano cualquier posible oferta para el retorno a tiempo completo y liderar el equipo, mientras que Mads Ostberg está de cameo con el equipo o de examen, como prefieran.

Dejar a un equipo que durante una década arrasó en el Mundial de Rallies descabezado. Prescindir del único piloto que les ha dado victorias desde que se marchó Loeb, del único que este año ha entrado, dos veces, en el top five –bueno, Loeb ha hecho también un quinto–, no es que los aleje de la corona, sino incluso les aparta de una cierta posición protagonista.

Todo parece sencillamente absurdo, pero si han dado este paso, que les condena a una temporada de transición, cuando no a un cierto ostracismo, las razones deben de ser poderosas.

"Ha cometido demasiados errores gratuitos. Un piloto debe saber cuando puede atacar o cuando simplemente debe llevar el coche hasta la meta", señalaron en Citroën.

Parece como si en Citroën hubieran llegado al convencimiento de que Meeke es un piloto muy rápido –eso está claro–, pero sólo muy rápido. Es decir, falla en la gestión y la táctica, quizás en la concentración y en la asunción de riesgos. No me extrañaría que, además, abriguen dudas sobre su valor como desarrollador del coche.

© Sutton Images

En suma, que si bien les ha dado cinco victorias estos últimos años –pocas para un equipo que había llegado a ganar el 80% de las carreras que corría– los accidentes, no siempre comprensibles, han costado demasiados resultados al piloto.

Meeke, no lo olvidemos, tuvo un aviso serio en 2017, hace justo un año, cuando Citroën prefirió no alinearlo en el Rally de Polonia para que recargara pilas. Y también, que en su momento, puestos a elegir entre Dani Sordo y Kris Meeke, a los que habían tenido juntos, decidieron prescindir del británico.

También es de resaltar que a finales del año pasado se dijo que Citroën había puesto todos los huevos en el cesto de los Sébastien, es decir en intentar convencer a Ogier de que regesara –después de haberle despedido, para seguir apostando por Loeb– o bien recuperar al nueve veces campeón del mundo. Uno declinó y otro semiaceptó en un programa parcial porque no quería volver a los rallies a tiempo completo, sino que su ilusión y esfuerzo se centran en el rallycross.

Todo ello provoca que el juego de las sillas musicales comience a ser protagonsita de conversaciones en el paddock. Ogier es, sin ningún rubor, el objetivo de Citroën. 

Pero también hay equipos, como Hyundai y Toyota, que piensan en Meeke. Toyota principalmente porque los tres ceros seguidos de Latvala pesan en el resultado de la marca. Jari-Matti lo sabe y ya ha dicho que arriesgará menos en las porciones rápidas, que tantos disgustos le han ocasionado y que además, han convertido al recién llegado Ott Tänak en líder del equipo.

El problema es que en rallies es mucho más complicado encontrar recambios que en otra especialidad. Primero porque el piloto cuenta más, mucho más, que en otras especialidades. Con sólo dos pasadas de ensayo por tramo y con cada error que pasa una dura factura –aquí no hay escapatorias, sino vallas, piedras, árboles o barrancos, que esperan– y el asentarse en el Campeonato requiere dos o tres temporadas de rodaje y errores. De ahí que la veteranía sea todo un grado... pero el despido de Meeke parece poner coto a este tópico.

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