Fernando Alonso y la promesa a la abuela Luisa hace 20 años

21/07/2023 11:52

Ya sólo queda una, Hungría, este fin de semana. Veinte años después de que en esta misma pista de Hungaroring, contra pronóstico previo, se hiciera con una espectacular victoria, su primera victoria.

"Cuando salí de Oviedo para ir a Hungría le dije a mi abuela Luisa: ‘en Hungría voy a ganar yo, pero no se lo digas a nadie’", dijo aquel domingo 24 de agosto.

Fernando ya sabe lo que es ganar, una sensación que nunca se olvida, aunque lleves tiempo sin hacerlo. Aston Martin todavía no conoce esa sensación un tanto extraña. “No sé lo que siente, no siento nada especial. Es como un sueño, algo extraño. Sólo sé que estoy flotando”, dijo entonces.

Es cierto, no hace 20 años de aquella victoria. Le faltará un mes, porque en 2003 el G.P. de Hungría se celebró el 24 de agosto y este año, el 23 de julio.

Desde entonces ha llovido mucho, como se dice. Fue la primera de las 32 victorias, el peldaño decisivo hacia sus dos títulos. Y una premonición. Se permitió doblar al apabullante Michael Schumacher, como si fuera un aviso de lo que sucedería dos años más tarde. Entonces, en Mundo Deportivo escribí: "Cuando al final dobló a Michael Schumacher, el gran pentacampeón le abrió la puerta como si fuera el reconocimiento de que ha llegado el hombre que le jubilará"

Desde principios de año, Renault tenía sus miras puestas en Hungría. Tenía un coche aerodinámicamente muy eficiente, un sistema de salidas que dejaba atrás a los rivales en la arrancada… pero un motor falto de potencia.. lo que no era un hándicap irrecuperable en el retorcido trazado cercano a Budapest.

En los ensayos el Renault mostró sus garras. En la clasificación, Fernando marcó una clara pole con 3/10 sobre Ralf Schumacher. "La Pole o ir líder en la carrera está bien, pero si no terminas no sirven de nada. Si acabo, seguro que será en buena posición", decía y a la par admitía que "la victoria está aquí más cerca que nunca", aunque había seis o siete pilotos capaces de ganar.

El ’launch control’ le permitió salir como un obús. En muy pocas vueltas obtuvo 15” de ventaja y se preocupó llamando al box. "¿Qué pasa? No veo a nadie por el retrovisor". "Tú sigue así", le dijeron. Al final cruzó la meta con 16” de ventaja Kimi Raikkonen y más de medio minuto sobre Juan Pablo Montoya, que le acompañó en el podio.

Años después, Alonso reconoció que "hay veces que no sabes porqué tienes el mejor coche en la pista. Y ese día ganas", dijo pensando en aquella victoria.

Victoria sencilla, llegó a tener casi 30” de ventaja y los fue administrando. Pero a la vez agónica. "Las últimas vueltas fueron más largas que las 24 Horas de Le Mans [todavía no sospechaba que iba a ganarlas en dos ocasiones]. Me iba diciendo que lo tenía todo, que nada podía fallar, que lo tenía todo… pero en las últimas vueltas oía toda serie de ruidos, parecía como si el coche quisiera dejar de funcionar. Sólo al cruzar la meta  desapareció esa sensación".

La F1 vio por vez primera a un Alonso exultante, sobre el monoplaza, y cantando ‘Los pajaritos’. No ha explicado nunca porqué, aunque ya lo hacía cuando ganaba en la F-Nissan, sólo que era una ‘cuestión familiar’.

Supongo que al llegar a Oviedo y una vez superado el recibimiento en olor de multitudes, Fernando iría a ver a Luisa y le diría: "Ves abuela, ¡ya te lo dije!".