El problema de McLaren no es romper con Honda

09/06/2017 09:56

"¡Divorcio a la vista!", señalan unos. "¡¡Ya era hora!!", exclaman los alonsistas. Y hay quien deja ir en las redes sociales que puestos a elegir entre el asturiano o el motor japonés, la prioridad se decanta por el primero.

Las palabras de Brown han sido claras. El mensaje es inequívoco. Y el consejo de McLaren parece haber tomado ya una decisión ante la evidencia de que el propulsor Honda es 'Ni Ni', ni está ni se le espera.

Que con Honda no se va por ahora a ninguna parte -al menos a corto plazo- es una evidencia. Y eso duele mucho más cuando en McLaren creen que tienen el mejor tercer chasis/aerodinámica de la parrilla. No digo coche, porque el coche incluye el motor y los resultados cantan.

Pero el problema no es romper el contrato con Honda. De hecho -aunque puede que no sea fácil- es la parte menos complicada en estos momentos.

Pero romper con Honda es sólo atacar los síntomas, no curar la enfermedad. Para ello debe encontrar el antídoto a la misma… y es otro motor.

Lo primero que tiene que solucionar McLaren es encontrar un motor sustituto del Honda. Y eso es quizás lo más complicado, como ya expuse en este mismo blog el pasado 19 de marzo.

A falta de ese motorista independiente que tanto reclama Red Bull, sólo hay tres opciones en el mercado: Ferrari, Mercedes y Renault. Y los tres tienen equipo propio y por tanto poco o nulo interés en ofrecer su propio motor a un equipo que, potencialmente al menos, puede realizar un paquete chasis/aerodinámica superior. 

Hay otros detalles a valorar en la ecuación. Por ejemplo, la rivalidad McLaren-Ferrari en el mercado GT, que dificulta la opción del motor italiano. La postura de Red Bull, poco amiga a compartir motor Renault con un enemigo potencial directo. Con Mercedes, la ruptura traumática entre la marca de la estrella y McLaren cuando los accionistas de ésta se negaron a otorgar a Mercedes (propietaria del 40% de McLaren) el peso decisorio que aparentemente le correspondería o la ampliación de su participación. Y también el hecho de que McLaren ha firmado un acuerdo de colaboración con BMW para los motores de serie.

No está ya Ron Dennis en posición decisoria -aparentemente todavía conserva un porcentaje de McLaren- pero la situación no es nada fácil.

Pensar en un nuevo motorista se me antoja utópico. En primer lugar para que estuviera listo para 2018. Y en segundo lugar porque en teoría en 2021 debe haber reglamento nuevo y habrá caducado el actual Pacto Concordia o como quieran llamarle. 

Así de sencillo, así de claro. Y hasta que este punto, el del disponer de otro motor, no esté solucionado es inútil tratar la ruptura con Honda. Una ruptura que no es problema de dinero -los accionistas de McLaren y los negocios del grupo pueden permitírselo al menos uno o dos años- sino de alternativas reales. Para McLaren disfrutar de un motor Ferrari o Mercedes, aunque sea 'rebautizado'- de la temporada anterior no es solución: podría ser mejor que el Honda, podría compensar parte de los 100 caballos en que se cifra el déficit de potencia actual…. pero nunca neutralizarlos: 30 o 40 caballos menos se dejarían notar.

Zak Brown deberá ejercer todo su talento de negociados para encontrar una alternativa…. o para que la situación no se deteriore aún más. De hecho, tendrá que ejercer de prestidigitador y sacarse un motor de la chistera.