El mejor piloto no tiene quien le quiera

26/08/2017 16:02

Si unimos ello a recientes declaraciones de Lewis Hamilton en el sentido de que tiene cuerda para rato y debe seguir en Mercedes, así como las críticas de Niki Lauda a Fernando Alonso, a quien tacha poco más o menos de 'pesetero', nos daremos cuenta de que el asturiano tiene prácticamente cerradas las puertas que le darían acceso al soñado tercer título. No olvidemos que el propio piloto admite que el camino de Red Bull no es factible.

Las opciones de Alonso en F1, en volver a donde todos los aficionados le quieren, es decir a estar regularmente en el cajón y con frecuencia en el escalón más alto se van diluyendo mientras al asturiano el tiempo se le va acabando. Ha cumplido 36 años y, salvo sorpresas, debería esperar a tener 39 y medio para poder sentarse en un equipo de primera división… justo coincidiendo con el previsto cambio de reglamento sobre motores.

En cierta forma, Alonso no es dueño de su destino. Lo que algunas veces parece haber dejado entrever, que podía ir donde quisiera no es del todo cierto. La elección que se está planteando, seguir en McLaren-Honda –con todas las incógnitas que ello conlleva respecto al equipo– o esta posibilidad de ir a Williams y poder contar con el motor Mercedes.

Ninguna de las dos opciones parece ganadora. En McLaren hay dinero, competencia técnica, un buen chasis, una ficha excelente… pero no hay motor competitivo. Hoy por hoy, sin este último elemento, estás condenado.

En Williams estamos en un equipo competente… pero en horas bajas. De no ser por la espectacular carrera de Stroll en el atípico Bakú, no estaría cuarto en el campeonato y posiblemente no estaría delante de Toro Rosso ni siquiera de Haas. Su última victoria data de hace años, aquel gran premio en Barcelona en el que se impuso Pastor Maldonado sin que nadie sepa porqué. Si no, hay que remontarse al GP de Brasil ¡¡¡de 2004!!!.

Williams no tiene un gran presupuesto. Martini es un buen sponsor, pero no es suficiente. Aunque Lance Stroll Sr. pudiera estar tentado de una inversión en el team para hacer que el equipo mejore, en ningún caso podría pasar de su presupuesto actual a un presupuesto que se acerque a los grandes y afrontar las inversiones necesarias para ello. A favor, además del motor Mercedes, la presencia de Paddy Lowe, a quien conoce bien y un coche que está desarrollando Felipe Massa y Alonso sabe muy bien como trabaja éste.

Pero está claro que la brecha que separa a Williams o McLaren-Honda de los tres grandes es excesiva. No es de las que se colman en un año, ni siquiera en dos. En este sentido cabe recordar las palabras de los responsables de Renault con respecto a su equipo: se dan tres años todavía para pensar en estar a primer nivel y dudan de que Fernando Alonso fuera la opción más adecuada para ellos en estos momentos.

Para Fernando, las opciones de futuro se van descartando. Incluso el sueño de ir a Le Mans parece muy complicado ante el abandono de Porsche –que parecía ser la opción que soñaba– y las dudas de Toyota ante la falta de rivales. Y sólo la Indycar representa una alternativa real para él.

Sus seguidores no entienden nada. Se indignan al ver como el que consideran mejor piloto del mundo no tiene un equipo a su altura. No pueden comprender como la F1 puede permitirse despreciar un talento como el del asturiano. Muchos otros aficionados también se lo preguntan. Y nadie halla respuestas.

Da la impresión que los equipos grandes no lo quieren, no lo necesitan. No mientras tengan una alternativa más dúctil a sus intereses. Si el piloto elegido está algo por detrás de Fernando, ahí están los ingenieros y medios para compensarlo.

Si los equipos pequeños lo desean no es para ganar carreras sino para poder mejorar resultados y atraer más patrocinadores, llegar a la cabeza de la 'segunda división' sin problemas o estar en posición de aprovechar alguna situación extraña.

Quizás lo ideal sería que Honda decidiera detener su esfuerzo y McLaren pudiera convencer a Renault. En el equipo francés admiten conversaciones, pero el acuerdo parece muy lejano por no decir improbable. Y en toda esta negociación Alonso es poco más que un espectador, quizás con voz, pero dudo que voto.

Una difícil encrucijada. El asturiano ya ha pasado por situaciones similares, pero cada vez le queda menos tiempo si sueña con lograr el tercer título.