Albert Costa, el talento y la perseverancia tienen premio

02/08/2017 17:18

Debo decirlo claro. No es ni una invitación gratuita, ni un volante de pago, todo lo contrario, si Albert no ha llegado más lejos es precisamente por la falta de patrocinadores, sino algo que se ha ganado a pulso en las pistas. Sobre todo por su espíritu de superviviente, pensando siempre en correr pese a tres años pasados en el 'dique seco'.

Las últimas actuaciones de Albert Costa me han impresionado. No tanto sus victorias en el Open GT con el Lexus del equipo de Emil Frey –el Lexus es un coche que podría ser catalogado de 'semioficial'– como por las actuaciones que ha hecho con este mismo equipo en las Blancpain Series, donde en lugar del modelo japonés pilota un Jaguar.

Sus registros en clasificación con uno de los coches más veteranos de las Blancpain frente a los de las marcas oficiales asombraban tanto que no debían pasar desapercibidos para ninguno de los muchos equipos oficiales o semioficiales que disputan las series. Y con una referencia, la presencia del veterano francés Stephane Ortelli, que pilota también para el equipo, aunque no siempre coinciden ambos en el mismo coche.

El equipo Frey está en los circuitos desde hace muchos años y pertenece a un Emil Frey Group, que dispone de concesionarios automovilísticos de muchas marcas en Suiza –posiblemente el grupo distribuidor más potente– y Alemania. Los miembros de la familia corren con él. 

A Albert lo conozco desde hace tiempo, mucho tiempo. De hecho ya escribía crónicas cuando su padre corría; Lluis Costa Sr, actualmente uno de los mejores especialistas en pintar y personalizar cascos y carenados, era un 'crack' de las carreras en cuesta donde sus scooters eran imbatibles en su categoría. Y también había disputado las 24 Horas de Montjuic. Le he visto sufrir y llorar de rabia al ver que no disponía de medios suficientes para impulsar la carrera de su hijo, de quien es el principal fan.

Pero algunas veces hay milagros, los sueños se cumplen y perseverancia y talento tienen premio. Tras casi tres años en el dique seco por falta de presupuesto y durante los cuales superó una operación de espalda, Albert no se dio por vencido. Sabía que tenía talento. Tras haber ganado el Open Master de Karting y la F-Renault, vino un año negro en la F3 británica enrolado en el equipo de Kimi Räikkönen. Sobrevivió: Joan Villadelprat le dio la oportunidad de correr en F-Renault 3.5, las World Series.

Apoyado por su hermano Lluis, que ha corrido en moto, fue llamando puertas. El equipo de Emil Frey  le llamó para un test. Sabían que había ganado en 2012 la Mégane Eurocup con un dominio aplastante ya aunque hacía tres años que no corría seguía en el mundillo, aunque ejerciendo de ‘coach’. Convenció desde el primer momento y tras un 2016 con un programa reducido, este año hace un programa doble –GT Open y Blancpain– y ahora le ha salido la oportunidad del Masters.

No sé donde llegará, pero de momento el camino como piloto profesional en GT parece despejado.