8 días para los test: Cuando Button corrió el riesgo de ser secuestrado en Brasil

13/02/2024 22:05

Pero sólo dos pilotos han pasado por el trance de ser raptados. Uno de verdad y otro el otro fue intento frustrado.

El primer caso es el de Juan Manuel Fangio, secuestrado en La Habana en 1958 cuando iba a correr el GP de Cuba por las guerrillas castristas. La prueba debía ser un ‘lavado’ a la dictadura de Baptista y el secuestro del mítico piloto argentino la ocasión que eligieron los revolucionarios para dar a conocer al mundo su causa. 

Fangio no corrió peligro, aunque eso se sabría después, y los secuestradores lo trataron bien. Tanto, que muchos años después no tuvo inconveniente en conocerlos y saludarlos personalmente.

Jenson Button seguro que no hará lo mismo con los que intentaron secuestrarle. Fue la víspera del GP de Brasil de 2010. Salía del circuito cuando una banda de encapuchados armados rodeó el coche en el que viajaba el entonces campeón del mundo vigente y piloto, aquel 2010, de McLaren. Todo sucedió tras la clasificación del sábado, que no había ido muy bien para Jenson, uno de los cinco que todavía aspiraban al título ante las dos últimas carreras. En un semáforo rojo, varios individuos rodearon al Mercedes blindado en el que viajaban Jenson, su padre, su manager y el fisio.

¿Asalto o rapto? Puede que sólo lo primero, porque los asaltantes no podía ver quien viaja en el coche, aunque quizás la camiseta de McLaren que lucía Button en el asiento delantero les llamó la atención… o, más probablemente, un cómplice desde dentro del circuito, les avisó de que salía un Mercedes con Jenson dentro.

Jackie Stewart señalaba lo segundo. “Parte del peligro es el riesgo de secuestro y hay rumores aquí de que está relacionado con el tráfico de drogas. No salen a matar gente sino a secuestrarla porque están vinculadas a ricas empresas multinacionales”, que pagarían rápido el rescate porque se jugaban mucho con la presencia de Button en la pista. 

John Button, padre de Jenson, confesó que fue un momento aterrador. “Somos conscientes de los peligros. Hemos oído hablar de muchos, muchos incidentes, pero lo único que realmente me preocupa es si iban tras Jenson. Fue un momento aterrador”.

El piloto dijo que la clave fue el conductor del coche, Daniel Toni, policía con una larga hoja de servicios que había trabajado de infiltrado y que este fin de semana ejercía de guardaespaldas del piloto.

Todo sucedió a menos de un kilómetro del circuito. El conductor aminoró la velocidad para pararse en un semáforo cuando observaron a los individuos sospechosos e inmediatamente Toni realizó una maniobra evasiva.

“Llegamos al semáforo rojo y éramos el tercer coche en la fila de espera. El conductor, como siempre se hace aquí, se detuvo a una distancia prudente del coche que nos precedía para poder tener una vía de salida ante cualquier imprevisto. De repente vimos a la derecha unos individuos, pero no les dimos importancia hasta que Richard Goddart, mi manager, vio que uno portaba algo alargado y yo me fije en otro que se tocaba el bolsillo donde había algo en forma de pistola. Cuando lo dije, el conductor no se lo pensó dos veces, dio un volantazo, paso entre los dos coches que estaban parados en la fila de delante, nos metimos entre seis coche y pudimos escapar… mientras los individuos habían comenzado a correr hacia nuestro coche”, dijo Button.

Los asaltos a miembros de los equipos a punta de pistola fueron frecuentes por aquella época, hasta el punto que para salir del circuito los mecánicos no iban uniformados y la prensa ocultaba las credenciales y todo tipo de objetos que se pudieran relacionar con la F1. Sao Paulo era uno de los pocos lugares donde la prensa y la gente de la F1 buscaba hoteles de lujo y en barrios ‘seguros’.