El éxodo de los campeones

05/12/2016 17:24

Nico Rosberg ha dado la ‘espantá’ tras proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1. Audi se va del Mundial de Resistencia y Porsche licencia a dos de sus tres campeones del WEC y ganadores de las 24 horas de Le Mans, Romain Dumas y Marc Lieb, que tendrán otros cometidos en la marca. Volkswagen deja el Mundial de Rallies y Sebastien Ogier, campeón de las cuatro últimas temporadas, está en estos momentos sin volante; lo conseguirá, sin duda, pero a un mes del inicio del Mundial 2017, todo sigue en el aire. Y Citroën se retira del Mundial de Turismos de forma que deja a este tocado de muerte (Lada también se va) y a la categoría sin su campeón de estos últimos años, ‘Pechito’ López, si bien este ha encontrado acomodo rápidamente en categorías superiores.

Las razones son múltiples y variadas. Pero hay una clave. Los Mundiales se han olvidado de los privados (pilotos y equipos), los han relegado al papel de simples comparsas…. Si tienen dinero suficiente para afrontarlos.  

La sofisticación técnica, las reglas de homologación y los presupuestos necesarios dejan los Mundiales en manos de la fábricas. Y estás, como tantas veces ha dicho la propia FIA –o algunos presidentes- ‘usan’ el Mundial cuando y como les interesa. Para ellas, el deporte no es una necesidad o una obligación sino una herramienta tecnológica y sobre todo de marketing. Como Nico Rosberg, una vez cumplidos sus objetivos se van. Y si ven que la inversión necesaria supera la rentabilidad obtenida,ya sea por costos o por falta de resultados, se van. Y si cambia el presidente de la compañía es muy probable que también se vayan.

Las reglas actuales han acabado con los preparadores privados, que en los años 60, 70 e incluso 80, se encargaban de preparar y evolucionar los coches y eran competitivos. Había marcas que apoyaban a diversos preparadores como es el caso de BMW que trabajaba con Alpina o Schintzer entre otros.  Y en todo caso, sobre todo, había coches ‘carrera cliente’ muy cercanos o casi idénticos a los oficiales, como sucedía cos los Ford GT40, Porsche 917 o Ferrari 512.