Ferrari está para hacérselo mirar

28/10/2019 14:05

No quiero quitarle talento ni mérito a Hamilton, pero lo ha tenido fácil. La superioridad de Mercedes en la era híbrida ha sido tan arrolladora como la que tuvo la Ferrari de Michael Schumacher en aquella era. Cuando estás en un equipo tan grande, cuando tienes un rodillo y estás un paso o dos por delante de tus rivales, es más fácil acaparar títulos.

Pero la clave tanto en la Fórmula 1 como en la vida es saber elegir dónde vas y en qué momento das el paso. Como en el GP de México, Lewis asumió un riesgo cuando decidió dejar Mercedes para empezar una aventura en Mercedes. Está claro que la apuesta le ha salido bien. Se lo merece.

México es su décima victoria esta temporada y la número 100 en la historia de Mercedes como constructor. Es su podio número 100 con Mercedes en la carrera en la que ha superado a Nico Rosberg como el piloto con más Grandes Premios con las flechas de plata. Y ahora conseguirá su sexto título, con el que se pondrá a uno de Michael Schumacher.

Estadísticas al margen, la victoria moral sobre Ferrari es inmensa. Ferrari está para hacérselo mirar. Otra Pole Position desaprovechada, otra primera línea completamente roja que no han conseguido transformar en una victoria. Ya les pasó en Japón, pero entonces cayeron porque la mala salida de Vettel contagió a Leclerc. El error de México fue la estrategia.

¿Cómo es que falló la estrategia de Ferrari? No sé si ‘fallar’ es el verbo correcto. Lo que pasó fue que no se supieron adaptar a los cambios. Siempre es más difícil arriesgar cuando estás delante, pero Mercedes sí leyó la carrera y dio en el clavo en todo momento. Todo el mundo tenía metido en la cabeza que sería una carrera a dos paradas, porque los neumáticos tenían mucha degradación. Y Ferrari lo tenía grabado a fuego.

Con Charles Leclerc cumplieron a pies juntillas el plan previsto. Cuando Albon entró, Leclerc paró para proteger la primera posición. En aquel momento no se dieron cuenta de lo que estaba urdiendo Mercedes, que estaba viendo que los neumáticos duros de Ricciardo aguantaban desde la salida.

Mercedes probó un Plan B: una estrategia. Hamilton alargó su stint y con eso quitó muchas opciones a Leclerc. Y fue aquí donde entró en juego la otra baza de Ferrari: Sebastian Vettel.

Con Vettel, Ferrari pensó que Hamilton había parado demasiado pronto para ir a una parada. Cuando paró Lewis, Sebastian incluso propuso por radio dejarle ir, seguir sin parar. Pensaban que Hamilton se quedaría sin neumáticos, pero Mercedes ya había visto que la tanda de Ricciardo era muy buena y que, si las gomas no desfallecían en ese Renault, no lo harían en un Mercedes con una pista más engomada y el coche más descargado de combustible.

Hamilton dio 44 vueltas con el neumático duro, que no eran tantas porque Verstappen hizo 66… y Ricciardo, que fue el que más arriesgo, hizo una primera tanda de 50 vueltas. Ésa fue la sorpresa del día: el duro era mucho más estable y firme, con un rendimiento mucho más largo de lo que todos esperaban.

Volvieron a pillar por sorpresa a Ferrari. A Leclerc por parar demasiado pronto, a Vettel por entrar demasiado tarde. La apuesta de Mercedes dio resultado porque supieron adaptarse a los cambios. Y para acabar de rematarlo Leclerc tuvo una segunda parada lenta, que tampoco le ayudó en nada.

Llegamos al final de la carrera con una fotografía preciosa. Los cuatro primeros se compactaban con sus diferentes estrategias. Leclerc era el que tenía las gomas más frescas y se acercaba de forma meteórica a Bottas, que presionaba a Vettel… y por delante estaba Hamilton, que había dicho por radio que le habían metido en un lío tremendo al entrar demasiado pronto. Pero poco a poco se convenció de que la estrategia había dado resultado. Quizá nos defraudó un poco no ver intentos de adelantamiento, pero ya sabemos que en la Fórmula 1 una cosa es llegar y la otra es pasar.

Lo peor de la carrera fue Max Verstappen, que tendría que repasarse el fin de semana en vídeo y reflexionar si quiere ser un piloto que compita en las mismas condiciones con jóvenes como Leclerc o veteranos como Hamilton. El sábado cometió un error muy grave. No levantar el pie en la bandera amarilla cuando tu primer intento ya te da la Pole es un fallo infantil. Y en las primeras vueltas de la carrera se chocó con todo el mundo. Parecía que estaba en los coches de choque. El pinchazo le borró sus opciones de victoria y eso nos dejó un espectáculo un poco más descafeinado.

Verstappen no estuvo ahí, pero Albon sí. Alexander lo está haciendo francamente bien. Siempre ha estado en el Top 6 desde su llegada a Red Bull y en este periodo ha sumado más puntos que Verstappen, que entre un abandono y los problemas de México tiene menos. La diferencia de velocidad sigue siendo obvia, porque Verstappen le metió otro medio segundo en clasificación, pero creo que Alex es la mejor opción que tiene Red Bull de cara a la próxima temporada.

McLaren… mal. Una pena. Lo habían hecho todo muy bien, pero luego las cosas se torcieron. Fallaron en la parada de Lando –segunda vez que no aprietan bien una tuerca, porque en Carlos ya perdió puntos por esto– y Carlos perdió el ritmo al poner los neumáticos duros. No sabemos muy bien qué pasó. Lo había hecho todo bien: buena clasificación, buena salida, buen ritmo con neumáticos blandos… También es verdad que empezar con blandos era la peor estrategia posible, porque no podían acercarse a los de delante y estaban vendidos ante los que venían por detrás con medios, que podían plantear una estrategia mejor. Seguro que McLaren analizará por qué no funcionaron las gomas, porque no tiene mucho sentido.

Sergio Pérez hizo una gran carrera. Séptimo en casa. Me encantó cuando se paró en el Foro Sol en el momento de la Drivers’ Parade. Se le vio emocionado en la entrevista que le hicieron los compañeros mexicanos para la señal internacional. La cruz fue Haas, que se diluye poco a poco y cada vez parece más cerca de Williams que de la zona media.