El segundo campeonato de IndyCar, una camisa que no cierra y la paternidad

13/10/2023 12:08

La IndyCar es donde quiero estar. Todo el mundo sabe que intenté ver si la puerta de la Fórmula 1 se abría o no. No es ningún secreto que lo intenté. Se abrió un poco y tuve mis oportunidades, aprendí un montón, pero no se acabó de abrir. En Estados Unidos, yo estoy muy bien. Estoy muy feliz y tengo muchas ganas de seguir ganando, porque creo que todavía puedo mejorar muchas cosas. He ganado dos campeonatos, pero no he ganado ninguna carrera en oval. Y obviamente están las 500 Millas de Indianápolis, que son el gran objetivo y que son la mitad de nuestra temporada, por más que no le quito valor al campeonato. Quiero ganar algún día las 500 Millas y pelearé para conseguirlo. Ya he estado cerca en un par de ocasiones. Al final, es cuestión de estar aquí y de estar siempre delante, peleando. Eso es lo que te da la oportunidad de ganarlas y ése es mi gran objetivo.

El segundo campeonato de IndyCar no es ‘uno más’, sino que es una revalidación. Una confirmación. Cinco victorias y diez podios son unos resultados extraordinarios y he sido muy feliz tanto dentro como fuera de la pista. De hecho, entre mi primer y mi segundo título, creo que me quedo con éste. Por un lado, este anillo se siente diferente porque ya sabía qué es lo que iba a pasar después de que acabase la última carrera. En 2021 todo era una novedad, pero todavía estábamos en pandemia y no pude acabar de vivir la experiencia al 100%. Lo disfruté mucho, pero luego vino 2022 y no gané. Y entonces me dije que, si volvía a ser campeón, me iba a asegurar de disfrutarlo todo desde el principio para acabar de saborearlo. Y eso es lo que he hecho este año. Por esto y porque los resultados han sido mucho mejores, el campeonato de 2023 quizá es el más especial para mí.

Gané el título en Portland y de ahí nos fuimos a Laguna Seca, donde hice algunos días de prensa, pero tampoco nada súper interesante porque todavía nos quedaba una carrera más. Después de Laguna, sí que fuimos a Los Ángeles y ahí hubo un par de días intensos, de esos que tienes la agenda planificada al minuto. Visitas a varios platós de televisión y estudios de radio y de podcasts para hablar de la temporada. Terminado esto, me fui directo a un test de dos días para probar el motor híbrido que la IndyCar estrenará en 2024 y luego, por fin, pude estar en casa un poco con Esther y darme cuenta de lo que acabábamos de hacer.

De lo único que me arrepiento es de que no pude ir a la gala de final de temporada con pajarita. Quería llevar la misma que hace dos años, la de mi primer campeonato, pero cuando me probé el traje vi que no me entraba. El problema no era tanto de la pajarita, como de la camisa, porque no podía acabar de cerrar el último botón. De ahí que al final me decantara por una corbata, porque creo que he hecho demasiado cuello para la pajarita. Quizá me habría tenido que comprar otra camisa, simplemente.

 

Hace un par de semanas, hicimos una visita exprés de dos días a España y pudimos ver a mis padres y a la madre de Esther, y luego me fui a Portugal dos días para probar el coche del equipo de mi padre. Ahora ya vuelvo a estar en Estados Unidos, aunque volveré a cruzar el charco muy pronto. Ponerme al volante de un Fórmula 3 fue como volver a los orígenes, pero hacerlo con un coche que es nuestro, que es de la familia, fue algo increíble que me hizo poner en perspectiva el camino que hemos hecho a lo largo de todo este tiempo. Debo decir que yo estaba reventado de tanto viajar, pero fue muy divertido y me lo pasé bien. Además, el fin de semana fue muy útil porque sacamos un par de conclusiones que nos pueden hacer crecer como equipo para el año que viene. A mí me encanta involucrarme con el equipo. Obviamente no siempre puedo estar de forma presencial, pero en el día a día de la semana sí que estoy al día de las cosas que se hacen y me gusta aportar mi punto de vista. Tengo la suerte de tener experiencia en diferentes equipos de diferentes tamaños, grandes y pequeños, mejores y peores, y con eso podemos intentar extraer el máximo de los recursos que tenemos. Obviamente nunca es fácil en un equipo que es de primer año, porque antes de poder trabajar en los detalles siempre tienes que atender otras cosas más básicas, pero me encanta formar parte del proyecto y estoy seguro de que llegará un día en el que pelearemos por títulos.

De vuelta a Estados Unidos, ya tengo en casa el segundo anillo y la reproducción a escala de la Astor Cup. Guardo los anillos en su caja original, en mi mesita de la oficina. Los tengo en un cajón y así los puedo ver cuando quiero. Las dos miniaturas de la Astor Cup están en la habitación del simulador. Son una buena decoración.

Esta semana estoy probando el nuevo motor de la IndyCar. Ya lo he probado en Gateway y en Barber, y en esta ocasión toca Indianápolis. El motor se nota algo más pesado en los circuitos ruteros, pero en los ovales la sensación es la misma. La única diferencia es que tenemos algo más de trabajo, porque tenemos que hacer la recarga y la entrega de energía de forma manual. En la Fórmula 1 esto es distinto, porque puedes escoger entre varios mapas eléctricos que controlan ambos parámetros de forma automática. Ahora mismo tenemos mucho trabajo al volante, pero ya veremos cómo queda todo. Todavía estamos en una fase de experimentación y la IndyCar tiene que acabar de ver si lo hacemos todo manual o si se puede automatizar alguna parte del proceso.

Volveré a España a finales de esta semana y entonces me prepararé al máximo para ser padre. Llega pronto, de aquí cinco o seis semanas, así que mi gran reto para esta off-season es intentar estar a la altura de lo que supone ser padre. No hay ningún test ni nada planeado hasta finales de enero y principios de febrero, de modo que el momento es perfecto.

Tengo muchas ganas de ser padre, pero también estoy nervioso. Llevo tiempo hablando con gente y todos me han ido contando cosas, pero no sé qué esperarme. No sé si será fácil o si será muy complicado, pero me muero de ganas y me hace mucha ilusión. Supongo que, por un tiempo, lo de dormir por las noches será complicado. Pero tengo la gran suerte de que mi día a día es algo más fácil que el de otras personas, porque yo no tengo que ir a la oficina a las 07:30. Obviamente hay que viajar de circuito en circuito y siempre habrá días en los que tienes que irte pronto al simulador o a la fábrica, pero la rutina es un poco más sencilla. Así que, si un día no me puedo ir a la cama hasta el mediodía, me iré a la cama al mediodía. Será una pretemporada diferente, pero será muy divertida.