Almacén F1

Un GP con recuerdos somnolientos

José Miguel Vinuesa
17/03/2015 20:14

Lewis Hamilton pasa por la rápida chicane (curvas 11 y 12) del circuito de Albert Park con un aplomo impresionante. En realidad, los dos Mercedes lo hacen. Quizás sea uno de los pocos sitios del circuito donde medir la efectividad de un monoplaza: una aproximación rápida y una sucesión de dos curvas izquierda derecha de velocidad alta, que requieren un preciso golpe de volante para trazar la segunda.

Los Mercedes lo hacen impasibles, perfectos. El resto, en general, no. Se les ve más imprecisos, nerviosos, o incluso impredecibles. Räikkönen, por ejemplo, afronta la trazada de la segunda curva dando dos golpes de volante: uno para encarar el coche, el segundo para trazar adecuadamente. El Ferrari pasa respetablemente esas curvas, con Vettel más fluido que Kimi. Tampoco lo hace mal el Williams, aunque Massa es más nervioso. El Mclaren es igual de perfecto que el Mercedes, pero a una velocidad muy inferior.

Comparaciones en las que hay poco que comparar. Los Mercedes corren en otra categoría totalmente distinta al resto. Para ellos es un campeonato de empresa, interno, íntimo y personal. Se vio en entrenos. Se vio en la salida. Se vio en toda la carrera. Y en ese duelo, Lewis Hamilton sigue siendo la referencia: tuvo la velocidad el sábado, que era un fuerte de Rosberg, y tuvo el ritmo el domingo: intocable.

El resto lucha por el tercer escalón del podio. No hay más objetivo. Y en ese sentido, la carrera fue anodina. Algún foco de emoción, sobre todo en el aspecto patrio con la espectacular actuación de Carlos Sainz. Alguna lucha interesante. Y muchas bajas, algunas tan tempranas que hacía demasiado que no se veían: Magnussen destrozando el motor Honda (o mejor, viceversa, el motor Honda destrozando a Magnussen) en la vuelta de camino a la parrilla.

Con el sueño de las horas, el primer recuerdo. Aquellos Ferrari que en 1996 se rompían en la vuelta de calentamiento. Poca broma. Demasiado trabajo. Un Everest que escalar, pero es de esperar que tengan el equipamiento para ello.

Así que entre las horas, el volumen bajito de la tele para no despertar a nadie, y la carrera más o menos definida, se vino el segundo momento de nebulosa ensoñación. Sergio Pérez hace un trompo en la curva 3 luchando con Jenson Button en la vuelta 14. Se queda mirando en sentido contrario.