El milagro de Alonso y el golpe en la mesa de Hamilton

Los pulgares de laF1.es: Hungría

Víctor Serrano
28/07/2014 20:10

Hungaroring es una pista conocida por ser la segunda más revirada del calendario tras la lujosa de Mónaco y por dejar muy pocas oportunidades para los adelantamientos, ni siquiera con el DRS en la corta recta principal, pero la inestabilidad del tiempo nos hizo disfrutar de una carrera espectacular. Otra más que sumar a la lista de grandes premios memorables que nos está dejando esta temporada. La fuerte lluvia que cayó media hora antes de que se apagara el semáforo abría las posibilidades de que pasaran más cosas. Y así fue, con las salidas de dos coches de seguridad por los dos accidentes bastante fuertes de Ericsson con el Caterham y Sergio Pérez con el Force India, se dio un vuelco a la parrilla y permitió ver la segunda carrera del año sin victoria de Mercedes y milagros solo al alcance de los mejores. Aquí va nuestro ranking: 

Alonso. Si hablamos de milagros, tenemos que hablar de Fernando. Es como hacer un repaso de éxitos musicales sin mencionar a Michael Jackson o como pensar en New York y no acordarse de Times Square. Ya es algo inherente, imposible asociar una cosa sin la otra: magia + espectáculo = Alonso. La fórmula perfecta. Para los incrédulos, en Hungría el asturiano volvió a dar razones de por qué es considerado el mejor piloto de la parrilla. En el momento más delicado de la carrera, cuando todos corrían con slicks con el asfalto mojado, era el más rápido de la pista, y logró algo que ningún otro consiguió, aguantar 31 vueltas con neumáticos blandos usados y con los lobos de Mercedes detrás, esperando a degollar a un pobre corderito. Pero en lugar de eso se encontraron al hombre que es capaz de llevar a ese Ferrari al podio. 

Ricciardo. De las once carreras que se han disputado hasta ahora, solo dos han tenido un ganador que no sea uno de los dos Mercedes, y ese mismo honor ha recaído en el australiano. Es el único que ha podido romper con la indiscutible hegemonía del Imperio de la Estrella, el Luke Skywalker de la parrilla, y por eso tiene el privilegio de ser el tercero y el primero del resto del mundo en el Mundial. Su inteligencia y la de Red Bull le permitieron beber el champán desde lo más alto del podio. Fue el primero en aprovechar la oportunidad que brindó el primer coche de seguridad y eso le hizo ponerse líder. Aunque su estrategia fuera de tres paradas, consiguió la suficiente ventaja para volver a atrapar a Alonso y Hamilton al final de la carrera con un ritmo imparable. Lucirá sonrisa impoluta allá donde vaya en sus vacaciones.

Hamilton. Si alguien le dice el sábado a Lewis que acabaría el gran premio húngaro recortando la diferencia en el Mundial con Rosberg, se hubiera arriesgado a llevarse una galleta importante del británico porque seguramente se hubiera pensado que le estaba vacilando. Pero no, eso es lo que pensará Rosberg, que la lluvia le ha vacilado a él. Hamilton salía desde el pit lane tras cambiar muchos de sus componentes por el siniestro de su W05 en calificación, dañó su alerón delantero al perder el control del coche y rozar el muro, pero en la vuelta 15 solo Vettel le separaba de su compañero. Así, tan rápido, tan sorprendente. Comenzó cada uno en una punta de la parrilla y rodaban juntos, y de la misma forma terminaron, pero con Lewis por delante de Nico y desobedeciendo a su equipo. En esta guerra no hay órdenes que valgan.

Rosberg. Su cuarto final no fue tan malo si nos atenemos a la simpleza de los números, pero seguro que para Nico fue una de las peores carreras que ha tenido. Le pintaron la cara y de qué forma. Antes de la salida se relamía pensando en el cómodo colchón de puntos con el que se iba a ir de vacaciones. El viento soplaba a su favor: pole, Lewis gafado, cero competencia por detrás… Pero en el último momento, el aire cambió bruscamente y arrastró una tormenta a Hungaroring que a la larga le costaría un disgusto. Como Alonso, Vettel y Bottas, el alemán se equivocó al reaccionar una vuelta tarde cuando el safety car pisó la pista por primera vez, y eso y unos supuestos problemas de frenos le impidieron avanzar como lo hizo Fernando. Son solo tres puntos perdidos, pero los que le duelen son los que ha dejado de ganar.

McLaren. Igual que le pasó a Rosberg, la lluvia también torpedeó la actuación del equipo de Woking, pero no por su presencia, como le sucedió a Nico, sino por su ausencia. Convencidos de que el asfalto del trazado húngaro se iba a regar más, apostaron por seguir montando neumáticos intermedios cuando el resto optó por cambiar a los de seco en la primera para obligada por el Safety Car viendo que la pista mejoraba notablemente. Pero el agua no llegó y su estrategia se marchitó. Button y Magnussen tuvieron que hacer una parada extra para calzar las gomas adecuadas y perdieron todas las opciones que tenían para irse de Hungría con un buen saco de puntos. Jenson llegó a liderar por un instante la carrera, pero al final solo se llevaron uno, algo que les escocerá hasta que puedan intentar calmar su angustia en Spa.

Force India. Para nada tenían un coche competitivo en este circuito, aunque seguro que esperaban sacar algo positivo de esta carrera o, al menos, no ver a ninguno de sus coches retirados. Pero, a veces, cuando se tuercen las cosas se tuercen de verdad y no hay manera de enderezarlas. El destino caprichoso y una maniobra incomprensible de Hülkenberg hicieron que se quedara fuera tras golpear al monoplaza con sus mismos colores. Y momentos más tarde, concretamente siete vueltas, era Sergio Pérez el que se salía lo justo de la trazada para pisar la hierba y chocar violentamente contra el muro de la recta principal tras perder el control del coche. Además, el incidente de Nico le supuso no acabar en los puntos por primera vez este año. Ese privilegio ya solo está en manos de un tal Alonso, sí, el de los milagros…