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Barcelona mantiene su caché: casi 90.000 espectadores

16/05/2016 16:56
Un total de 87.245 espectadores asistieron a un fantástico GP de España de F1 en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Una cifra casi idéntica a la del pasado año, ya que significa un aumento de sólo 545 espectadores.

Sin embargo, en el contexto actual, cabe afirmar que es un auténtico éxito. Al problema de los precios elevados de las entradas –Bernie sigue sangrando a los circuitos y éste año han desaparecido los 'pis-box' sobre los boxes, fagocitados por el Paddock Club oficial de la F1- se han unido este año otros adicionales, se une un hecho claro: tercer año de dominio incuestionable Mercedes, con un McLaren-Honda que no ofrece la mínima confianza a la tradicional 'marea azul' alonsista.

A este contexto poco favorecedor se una el de un calendario que no ha sido afortunado. Coincidía con el final de Liga, el concierto en Barcelona de Bruce Springsteen (más de 60.000 espectadores en el Nou Camp) y sobre todo el hecho de que en Catalunya es la Segunda Pascua o Pascua Granada (nada que ver con el final de la Liga), de forma que el lunes es festivo; un puente largo que invita a la escapada playera a la segunda residencia y que merma sin duda la afluencia de público local.

Este último hecho quedó claro con el bajón de afluencia de jueves (puertas abiertas), viernes y sábado. De forma que el total de aficionados durante el fin de semana fue sólo 165.029 aficionados. La cifra más baja del milenio.

Sin embargo no cabe hablar de fiasco o desinterés. Sería todo un error. La cifra del domingo, 87.000 aficionados, debe ser suficiente para que el GP de España sea el tercer GP en lo que a asistencia de espectadores se refiere. Sólo Suzuka, en Japón, y Silverstone, en Gran Bretaña, han tenido estos últimos años más espectadores que Barcelona. Quizás México pueda aspirar a unirse a ellos. Monza, Nürburgring, Hockenheim y Spa-Francorchamps, por hablar de circuitos míticos y tradicionales, se quedan muy por debajo de las cifras de Barcelona. Las pruebas asiáticas, salvo Japón, están aún más lejos de esa cifra.

Aquí solemos fijarnos en los 140.000 espectadores en domingo del GP de España de 2007, cuando Fernando Alonso corría en McLaren y la afición española suspiraba por su tercer título; ya lo daba poco menos que adquirido. Y a no tener en cuenta que el contexto de entonces y el de ahora son muy distintos, nada que ver. Y que lo que en otros tiempos podía ser un sacrificio –los precios siempre han sido altos- ahora pueden resultar inasumibles en unos casos y disuasorios en otros.

Pero hay que tener en cuenta que incluso las audiencias televisivas, pese a que Bernie ha intentado extender el ámbito geográfico, han mermado casi un 30% a nivel mundial. Algunos señalan que la causa no sería la falta de espectáculo sino el hecho de que en la mayor parte de grandes mercados las retransmisiones son de pago. Y si no hay espectáculo, emoción e ídolos suficientes, está claro que cuesta mucho rascarse el bolsillo, pero esto es otra historia.