Así ha evolucionado el alumbrado de los coches en 100 años
Desde la aparición del automóvil, la necesidad de incorporar luces para la circulación fue una cuestión obvia. Ya venían de los antiguos carruajes, si bien en ellos no tenían tanto la función de iluminar la vía como de adornar la carroza y aportar incluso luz al interior. Con el advenimiento del coche y su velocidad, se hizo evidente que había que dar luz al camino que se abría ante el vehículo.
En Ford han querido mostrarnos la evolución de los faros durante un siglo. Michael Koerr, ingeniero de investigación de faros en la compañía, avisa de inicio: “hemos pasado de lo que eran esencialmente velas a eficientes y eficaces xenón y luces Led. En el futuro veremos más luces Led super-brillantes equipadas para los coches, lo que en realidad puede ayudar a los conductores a permanecer alerta. La visibilidad por la noche es ahora mucho mejor. Como la noche y el día.”
Y para ilustrar esta evolución de la oscuridad a la luz, nos aportan una serie de fotografías. En un principio se usaban lámparas de acetileno que más que permitirnos ver, nos permitían ser vistos por otros, y poco más. La oscuridad es prácticamente total. Con la llegada de la electricidad al coche, las bombillas supusieron un gran paso adelante, pero se fundían muy rápido y eran costosas.
Fue Cadillac quien en 1912 introdujo el sistema de lámparas eléctricas, pero en realidad no fue hasta 1962 que, mediante la introducción en la bombilla de un gas inerte, la luminosidad mejoró espectacularmente, además de la duración de la bombilla antes de fundirse. Eran las lámparas halógenas, un sistema muy efectivo que aún hoy sigue utilizándose en coches modernos que no disponen del sistema xenón o Led.
La llegada del xenón y el led supuso multiplicar por tres la luminosidad, y la duración es mucho mayor. Teniendo en cuenta la velocidad de los coches actuales, se trata de algo necesario para nuestra seguridad y la de los demás usuarios de la via. Ahora tenemos una claridad en la carretera nocturna como jamás habíamos tenido. Pero eso no significa que se haya detenido aquí la evolución, puesto que ya se investiga con sistemas de iluminación láser.
Sólo queda observar las fotografías y comprender el paso adelante que se ha dado en este campo. Literalmente, de la noche al día.
