CURIOSIDAD

El primer coche que superó las 200 millas/hora, a restauración

José Miguel Vinuesa
26/02/2017 10:15

Era el 29 de marzo de 1927, en Daytona Beach. Allí, el Mayor Henry Segrave estaba dispuesto a batir de nuevo el récord de velocidad sobre la tierra. Para ello, disponía de un nuevo modelo, el Sunbeam 1000HP, que contaba con dos motores SunbeamMatabele V12 de la aviación, de 22.5 litros y 435 caballos cada uno. Unido a ello, una aerodinámica lo más refinada posible. Pesaba unas tres toneladas.

30.000 personas estaban expectantes para la demostración de velocidad. En la primera pasada, los fuertes vientos obligaron a Segrave a torcer hacia el océano para frenar el coche. Sin embargo, había logrado marcar 200’668 millas/hora –unos 320 kilómetros/hora–. Pero sabía que podía ser aún mejor. Así que en la segunda pasada, la de regreso, exprimió más el Sunbeam y marcó 207’015 millas/hora –unos 326 kilómetros/hora–. Eso le daba una media de 203’792 millas/hora –unos 327 kilómetros/hora–. Se había batido el récord de velocidad. Y se había convertido en el primer hombre en superar la barrera de las 200 millas/horas –unos 320 kilómetros/hora–.

Lamentablemente, los coches con los que se lograban –y se logran– los récords, tienen una vida breve, y son evolucionados o sustituidos por otros más potentes. El Sunbeam, apodado 'La Babosa' o 'TheSlug' por su forma aerodinámica, acabó sus días en el National Motoring Museum, en Inglaterra. Allí, aunque conservado, no ha sido arrancado jamás en medio siglo. Y han pasado 90 años desde la proeza de Segrave.

 

 

 

Para conmemorarlo, el próximo 29 de marzo comenzará la restauración del coche. Según cuenta el Ingeniero Jefe del Museo, IanStanfield, "tras la inspección, estaba claro que los motores estaban corroídos de adentro hacia afuera, y dentro de diez años se habrían deteriorado hasta el punto en que no podrían ser reconstruidos. No podíamos dejar que eso sucediera". El Sunbeam volverá a su esplendor y sus motores volverán a rugir. Ya no es el coche más rápido del planeta, pero permanece como ejemplo del camino de superación que nos ha traído hasta hoy.