OPINIÓN

El 'diésel-gate' de Volkswagen a un lado y otro del charco

Fernando Sancho
24/04/2016 02:52

No se puede decir que el 'diésel-gate' del Grupo Volkswagen esté siendo un fenómeno común en Europa y Estados Unidos. Dentro de las circunstancias que rodean al fraude, el proceder del fabricante y de las autoridades no está siendo ni similar. Mientras que en Europa parece que se ponen parches, en Estados Unidos la legislación ha obligado al Grupo Volkswagen a asumir sus culpas.

La mejor manera de entender la diferencia se ha hecho palpable en los últimos días. El pasado jueves, Volkswagen y las autoridades de Estados Unidos firmaron un acuerdo con un único objetivo, beneficiar a los clientes afectados. De esta forma, Volkswagen ofrecerá a los usuarios la opción de recomprar sus coches o en su defecto solucionar el fraude con el software medidor de las emisiones del vehículo, además de entregar 'sustanciales compensaciones' a sus dueños.

Entre estas 'sustanciales compensaciones' tal y como reza el acuerdo firmado por Volkswagen y las autoridades del país, quizá el aspecto más destacado es que se dibuja una tercera opción que es anular los plazos pendientes de pago, o en otras palabras, asumir el gasto de las letras que quedan por pagar. Cabe recordar que son 480.000 los vehículos afectados por el 'diésel-gate' en Estados Unidos, por lo que el desembolso para el Grupo Volkswagen será mayúsculo, sea cual sea la opción elegida por los clientes.

Mientras tanto, al otro lado de Europa los clientes afectados por el 'diésel-gate' se siente un tanto agraviados. En comparación con Estados Unidos, los usuarios no recibirá compensación alguna, ni tendrán la opción de recompra mencionada. A lo más que optan los dueños de los vehículos con datos de consumos y emisiones falseados es a que sus coches sean reparados cuando el Grupo Volkswagen arranque sus revisiones. A gobiernos laxos se unen medidas laxas.

A pesar de ello y fruto del 'diésel-gate', el Gobierno de Alemania a través de su Ministerio de Transporte emprendió una investigación para comprobar las emisiones de NOx de una amplia gama de vehículos. Pues bien, el resultado es que 630.000 vehículos han sido llamados a revisión, aunque en esta ocasión no parece haber un software trucado y si una mal uso -aprovechando un vacío legal- de la tecnología. Las marcas afectadas son Audi, Porsche, Mercedes, Volkswagen y Opel, vislumbrándose en todos los casos un funcionamiento similar.

Y es que los sistemas de tratamientos de gases en los vehículos diésel funcionan bajo patrones que dependen de la temperatura del motor o la saturación de los filtros. Pues bien, parece ser que las marcas afectadas 'jugaban' con la activación de estos sistemas para proteger el motor, pero también para arrojar datos de emisiones menores de los reales. Sin ser delito, este procedimiento poco ético explicaría la desviación en los datos homologados en relación a los datos recogidos por la KBA.

A pesar de esta nueva investigación, en la Unión Europea la normativa sigue siendo endeble, la responsabilidad civil prácticamente nula y el resultado es que los usuarios se encuentran desprotegidos ante este tipo de prácticas, por mucho que se estén dando pasos en contra de las mismas.

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