Primeras sensaciones de una era
Hacía muchos años que no se veía una primera jornada de entrenamientos tan extraña en la F1 como la desarrollada en el Circuito de Jerez para la nueva era turbo 2.0, turbo y eléctricamente motorizada. Demasiadas novedades acumuladas para un día en el que daba la sensación de que todos, absolutamente todos, han llegado muy justos de tiempo y con una incertidumbre del 100% al levantar las puertas de sus garajes.
Los equipos se han limitado a rodar vueltas de instalación y las pocas vueltas que han rodado seguidas han sido de chequeo y aprendizaje del montón de novedades que internamente llevan los nuevos monoplazas V6 Turbo. Las escasas vueltas que por ejemplo Vettel ha rodado a bordo del nuevo Red Bull RB10 Renault daban la sensación de que fuesen para comprobar que todo o casi todo funciona, que el botón “este” va bien en pista y no entra en conflicto con “ese” otro botón, también nuevo. La excepción de Ferrari y Raikkonen, que han podido rodar más vueltas que sus competidores, sin problemas aparentes, a pesar de su estreno temprano con parada, no aporta tampoco nada deportivamente hablando. Los tiempos no son representativos en absoluto, y es que la sensación de que iban por debajo de sus posibilidades es muy clara.
Todo está por llegar y sin duda la fiabilidad será la obsesión durante estos días. Todo está por aprender y comprender para ingenieros, pilotos, prensa, público y managers.
Los pilotos, cuales niños con juguetes nuevos, han estado descubriendo sensaciones nuevas y obedeciendo la larga lista de checklist que sus ingenieros les pedían. La enorme complejidad de los nuevos V6 Turbo con añadidos eléctricos ha sido evidente, donde a pie de pista ya se podían diferenciar sus nuevos sonidos entre los tres fabricantes motoristas.
Los mecánicos van a pasar noches largas de trabajo hasta hacer funcionar tantas novedades, de hecho hoy McLaren ni siquiera ha podido sacar su coche a pista, sí, la mismísima McLaren.
Los próximos días serán probablemente muy similares, llenos de aprendizaje para todos, especialmente los ingenieros y lleno de morros bastante feos, algunos puede que no lleguen ni a la cuarta carrera. Y es que, una vez vistos casi todos los coches uno tiene la sensación de que Red Bull ha hecho el coche más equilibrado, por lo menos en apariencia…
