Un nombre de moda en la parrilla

Entre 'Jamesitos' anda el juego

Ignacio López Albero
08/04/2015 13:02

Probablemente no gocen de una zurda de oro capaz de deslumbrar al respetable sobre un tapete verde. Es posible que no vendan camisetas como lo hace el 10 colombiano. Es más, ni siquiera tienen nada que ver con el balompié. Pero ese apelativo no sólo está de moda por el mundo del fútbol. Dos carreras han servido para que ese nombre, con acento británico, se coloque en la pole de la parrilla. Un polvo mágico se desprende con ellos por la Fórmula 1. Concretamente en dos box: Toro Rosso y Ferrari. Faenza y Maranello. Italia. James Key y James Allison.

Entre estos dos ‘Jamesitos’ anda el juego y las esperanzas de las dos escuderías italianas. Una, ansiosa por recuperar el trono perdido; la otra, con deseos de superar a su hermano mayor: Red Bull. Los ‘esclavos’ de la bebida energética lo están consiguiendo. Tan sólo un anémico motor los lastra de no estar más arriba. El STR10 es una proeza escultórica de Key que arrastra el V6 de Renault con las incógnitas de que sería ese monoplaza con una unidad de potencia decente. Un término sólo aplicable ahora mismo a dos motores: Mercedes…y  Ferrari.

Pero no sólo ruge el motor en Maranello. Si ‘Il Cavallino’ vuelve a trotar no es sólo por los 50 -80 caballos más que goza en su interior respecto al desastroso 2014. Que también. El SF15-T no es sólo un V6 Turbo. James Allison ha firmado su primera obra completa en la ‘Scuderia’ con honores.  O eso parece. Elemento diferenciador: como cuida los neumáticos. Un clásico en su época por Lotus que le dio más de una alegría a Grosjean y Raikkonen.

Italia tiene dos genios para volver a poner a un país de moda en la Fórmula 1. Toro Rosso lo complementa con dos ‘niños’: Max Verstappen y Carlos Sainz Jr. Los ‘rookies’ que, con el acné todavía travieso en su epidermis, están conduciendo como los ángeles ese STR10 de Key que vuela en zonas reviradas. Tiñendo de rojo vergüenza la cara de más de un veterano. Los puntos serán el objetivo de cada carrera. ¿El podio? Un sueño real. Un premio lejano por el momento…pero no descartable. Si se ponen las pilas desde Francia…

Y en Maranello han tenido que sentir las llamas del infierno en las plantas de sus pies para sufrir una catarsis. Necesaria… y con resultados. Parece. La resurrección no sólo la ha firmado James Allison. Sebastian Vettel, millones de euros y AVL han puesto el resto. Al igual que Marchionne y Arrivabene. Todo son risas en una Ferrari que vivió un 2014 entre caras largas y decepción. Tiemblan en Mercedes. Pero todavía hay mucho trabajo que hacer desde Italia. A Mattia Binotto le irán llegando bancos dinámicos…y James Allison tendrá que desarrollar el SF15-T para seguir estando arriba. Esa tarea pendiente en Ferrari durante el último lustro: el desarrollo. El éxito requiere de sangre, sudor y lágrimas. Lloreras ya han habido suficientes.

Dos héroes sin capa y espada. Sin casco ni mono. Sin flashes. Dos hombres que se esconden en las profundidades de los box y fábricas para seguir luchando por dar una máquina idónea a sus pupilos. En la oscuridad, e incluso desde el anonimato para muchos, continúan sacando magia de sus cerebros para ponerlo al servicio del equipo. Los ‘James’ alumbran las esperanzas de dos equipos…y de un país durante 2015. El futuro dictará sentencia…