La semana que vivimos 'peligrosamente': sólo suspensiones

Todo viene a resultas de la reclamación presentada hace tiempo por la Scuderia Ferrari, acerca de los sistemas de suspensión diseñadas e instaladas en los bólidos de Mercedes y Red Bull. La FIA en su trabajo de supervisión, ha comunicado a estos dos equipos que debían rediseñarlas convenientemente cara a la primera cita del año en Melbourne, pues parece ser que podían incidir beneficiosamente en un aspecto clave y concreto de sus coches. El director de carreras, Charlie Whiting, dio fe de tal medida, comentando lo siguiente: "No se permite tener un sistema de suspensión, que pueda afectar al rendimiento aerodinámico del coche de otra forma que no sea accidental". Seguidamente puntualizaba aún más lo anterior: "Queríamos ver si la suspensión cumple con su cometido normal o si está montada, sobre todo, para favorecer el funcionamiento aerodinámico del coche. Al no ser capaces de convencernos de eso, no pueden usarlo". Primer round del año, primeras triquiñuelas revocadas.

Como en el circo, algunas cosas desaparecieron para luego regresar, otro director del mismo, en este caso responsable del área deportiva, el recientemente nombrado Ross Brawn dejó patente su opinión respecto a las aletas de tiburón que lucen los monoplazas, pues tales aditamentos no son del agrado del británico. Por tanto, se sitúa en la posición de los que abogan por suprimirlas, aunque dada su utilidad aerodinámica, también publicitaria, su presencia durante esta temporada será inevitable, debiendo aplazarse la prohibición para 2018. Esta demora vendría causada por la necesidad de un acuerdo general y total entre todas las escuderías. Y de nuevo apareció Whiting, para corroborar todo lo anterior con estas palabras: "Hay una gran posibilidad de que el asunto se resuelva el próximo año. Mucha gente piensa que las aletas son antiestéticas, aunque personalmente no me importa". Me pregunto porqué no se consensuó de manera general, el no retorno de esta pieza.

Hablando de más cuestiones estéticas, el color rosa que presentan los bólidos de la escudería Force India esta temporada 2017, a saber, el tono corporativo de la empresa BWT, no ha dejado indiferente nadie. Tampoco Niki Lauda pudo dejar de opinar de la misma en tono jocoso. Y aún reconociendo su utilidad publicitaria, su impacto en cuanto al plano visual, confesó casi esbozando una sonrisa: "Puedes utilizar el monoplaza como coche de seguridad en el desfile del Orgullo Gay", Al presidente honorífico de Mercedes sin embargo, no le cabe duda que esta compañía, cuyo origen es el país de nacimiento de Lauda, tiene muy claro, nunca mejor dicho como el H2O, que lo que está haciendo desde el punto de vista de marketing es "una idea genial". Respecto a la arcas de Force India, se habla que este patrocinio ronda los 18 millones de euros, cantidad nada desdeñable para cualquier equipo. Por tanto, qué puede importarles esa tonalidad, cuando les aporta dinero como una fuente del líquido elemento.

Dejando aparte las cuestiones decorativas y tras la conclusión del Gran Premio de Australia con la victoria de Sebastian Vettel, el austriaco se centró en su propio equipo, celebrando el trabajo desplegado por Valtteri Bottas, ya que en su primera carrera a bordo del Mercedes, alcanzó el tercer lugar del podio, escoltando a su compañero Lewis Hamilton. Esto para Niki, demuestra que acertaron en su fichaje, después del retiro del campeón de la pasada temporada. "Tuvo una carrera sin errores bajo una gran presión, su velocidad no estuvo lejos de la de Lewis, fue como Rosberg. Seleccionamos exactamente el piloto correcto", confesó Lauda. Más tarde, respecto a las posibilidades del finlandés de poder haber alcanzado la segunda plaza en detrimento del británico, explicó: "No habría tenido ningún sentido. Para atacar a Lewis, habría necesitado ser, por lo menos, dos segundos más rápido que él, y no lo era". Parece que Bottas se adapta rápidamente al W08, como es lógico, al contar con un excelente monoplaza.

Lógica euforia contenida en las filas de la Scuderia, por el resultado cosechado en la pista de Melbourne. Bien fuera por los aciertos propios o por las imprecisiones del resto de sus rivales, sobre todo los de color plateado, lo cierto es que la victoria llegó tras un largo periodo de espera. "Increíble para todos en Maranello, en Italia, para el conjunto del equipo. El año pasado fue difícil, pero ahora tenemos un coche muy bueno. El día de mañana ha de verse, pero hoy hemos ganado", confesó Jock Clear. El responsable de operaciones de ingeniería de carrera en Ferrari, reivindicaba este logro al certero trabajo desplegado durante muchos meses por parte de los rosso corsa. Y como lo mejor es ir poco a poco, carrera a carrera, añadió: "China será diferente. Es verdad que el monoplaza promete, que el equipo ha progresado mucho [...] Así tenemos que continuar". Prudente y mesurado enfoque del nacido en Portsmouth, al no precipitarse en lanzar las campanas al vuelo.

Desde hace tiempo, la llegada de una nueva temporada, trae consigo renovadas promesas de mayores duelos entre los equipos. Pero en cuanto los monoplazas se ponen a rodar, se comprueba que todo sigue igual. Así fue con el tema de los adelantamientos en el trazado de Albert Park. "Definitivamente es mucho peor", expresó Hamilton. Luego Felipe Massa corroboró lo confesado por el británico: "Ahora es más difícil de lo que lo era antes". El siguiente en emitir su opinión fue Max Verstappen, que afirmaba que una vez colocado muy cerca del coche que te precede, casi a su rebufo, "puedes sentir como los neumáticos se pueden destruir". Y para cerrar este cuarteto, Bottas confesaba que aún con bólidos similares, la pugna entre compañeros de equipo, "será compleja". Ahora solo queda esperar al siguiente GP, el de China, circuito muy distinto del de Australia, para ver si todo esto se confirma, o por el contrario, sigue el mismo guión, idéntica pauta.