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Pues sí, Mercedes, aunque no se haya visto mucho por televisión, ha vuelto a dominar con todas las de la ley. Pero como digo, se han quejado de que no han aparecido en la realización, tan solo seis minutos, cuando se supone que les corresponde bastante más. Estos minutos se traducen en dinero, de ahí el cabreo. Así que los más conspiranoicos pueden seguir con sus teorías en contra de Mercedes, todos contentos.

La noche aturde a todo el mundo. Esa podría ser la conclusión de esta carrera, si exceptuamos a Vettel. El alemán hizo y deshizo a su gusto en esta carrera, gracias al gran ritmo de los Ferrari. Ricciardo nunca fue rival, aunque lo pareciera en algún momento.

Dejamos Monza para irnos al punto opuesto, el circuito de Marina Bay. Y es que el GP de Singapur es todo lo contrario, un exigente circuito que es prácticamente curva tras curva, urbano y por la noche. Vamos, nada que ver.

Segunda carrera consecutiva en la que hay jaleo con Pirelli. La victoria de Lewis Hamilton ha quedado en el aire hasta horas después del final de la prueba. Y todo porque ridículamente, en vez de mejorar sus neumáticos y seguir un desarrollo constante, Pirelli ha decidido dar una suerte de “recomendaciones obligatorias”.

Se acabaron las vacaciones de verano -para los que las disfrutaban- y volvemos de la mejor manera posible, volvemos a Spa. Quizá lo más parecido al mítico Nordschleife que podemos encontrar en la Fórmula 1, es mucho más que eso, tiene carácter propio.

Llegamos a Mónaco, al circuito más estrecho y ratonero del Mundial. Un circuito de otra época, desfasado y extremadamente lento. Tan lento que se tienen que adaptar direcciones y geometrías de suspensión para algunas curvas solo para este circuito. Pero qué encanto tiene.

Una vez expuestas las bases de la conducción en un circuito de asfalto, es el momento de entender qué sucede en una carrera. Ya no se está solo en pista y el objetivo general es el de llegar primero a meta, adelantando a los rivales por velocidad o por estrategia. Y todos sabemos cuánto nos gusta ver un adelantamiento de libro de texto.De cara a entender el trabajo del piloto en carrera, imaginemos un Gran Premio en su totalidad. 305 kilómetros dan para mucho, obviando la capacidad del piloto que mencionamos en el artículo anterior. Pongamos el caso en que las bases y el correr solo plantean una carrera saliendo en el medio del pelotón. Entonces se encienden los semáforos y la adrenalina sube. Las bestias se sueltan cuando se apagan las cinco luces rojas. Arranca la lucha por sobrevivir y llegar primero a la meta.

Cuarta carrera de la temporada, entre arena y calor –aunque no tan sofocante como hace unos años, ahora se corre de noche- pinta interesante. Tras unas sesiones de libres no muy movidas en apariencia, hemos visto cómo Ferrari se ha vuelto a mostrar muy fuerte en tandas largas. Tampoco es el segundo por vuelta que hemos visto entre Vettel y Hamilton, pero sí, están arriba. Y es que es en carreras como esta, con calor y dos o tres paradas, donde el Ferrari se muestra excepcionalmente fuerte.

Tras la victoria sorpresa de Ferrari –ya vimos que de sorpresa poco viendo las tandas largas- y con los chanchullos de si Mercedes se dejó ganar al no poner los neumáticos blandos, y también con la parafernalia de la medición del flujo de gasolina, llegamos al Gran Premio de China.

Buenas a todos desde esta carrera en la que también nos toca madrugar. Algo menos que en Australia, pero a alguno se le hará cuesta arriba eso de levantarse el domingo a las 9, tras una posible noche de fiesta.

Primer Gran Premio de la temporada, llegamos a Australia casi con lo puesto. Una carrera de madrugones, pero de madrugones que se agradecen incluso. El circuito de Melbourne suele traernos carreras entretenidas que nos impiden quedarnos dormidos.

Toca a su fin la segunda jornada de test en Barcelona, jornada en la que parece que McLaren ha podido rodar alguna vuelta más de lo que venían haciendo. Y es que ayer descubrieron que un sello del MGU estaba defectuoso, pieza que llegará rediseñada mañana.