La semana que vivimos 'peligrosamente': bromas pesadas

Pero pasados los años y convertido en presidente de honor de Mercedes, parece tener cierta 'fijación' con los rosso corsa, al opinar respecto a sus resultados, a las razones por las que no están más arriba. Como muestra de esto y no hace muchas semanas, Lauda afirmaba sin el menor rubor, que los males de Ferrari pasaban por tener un exceso de ingenieros italianos, como si el país transalpino no fuera lugar de nacimiento y formación de competentes profesionales en la materia. Ahora con la mejora de los de Maranello, quizás basada en parte en su propulsor, faceta bajo la responsabilidad de Mattia Binotto, el austriaco enseguida precisó que éste es de origen suizo. Lógicamente el malestar del presidente de Ferrari era patente, confesando lo siguiente, pero sin entrar 'al trapo' como se diría en jerga taurina: "No voy a contestar, porque si lo hago, le insultaré, y no voy a hacerlo con un amigo". Desde luego morderse la lengua, nunca fue una cualidad destacable de Niki.   Lo que Sergio Marchionne sí dijo a las claras recientemente, aunque poniendo por pantalla a su jefe del equipo, Maurizio Arrivabene, es que quizás sería bueno tener unas palabras con Kimi Räikkönen, teniendo en cuenta el rendimiento del finlandés en este inicio de temporada, para que su nivel de pilotaje se incremente. Desde luego, parece pronto, dado que 'Iceman' no ha estado nada mal en cuanto a los resultados conseguidos. Al unísono aparecen claro está, los rumores del que pudiera ser su sustituto con vistas al 2018, quizás como acicate, algo que para Räikkönen, no creo que le afecte en absoluto. El primero de los candidatos sería Sergio Pérez, que posiblemente dejó pasar el recalar en Renault esta temporada, pensando precisamente a un año vista llegar a Ferrari. Antonio Giovinazzi también contaría con el beneplácito dentro de Maranello. Y como tercera opción aparecería el australiano Daniel Ricciardo. Veo desde luego prematuro, todo este juego de las sillas musicales.   Fue Christian Horner el que ha opinado, respecto al anuncio de Fernando Alonso de correr en una mítica cita norteamericana, sacrificando su presencia en el Gran Premio de Mónaco de F1. Así el británico se expresó en estos términos: "Es difícil para Fernando, pues está pasando por un momento complicado". Seguidamente añadió respecto al responsable de la escudería McLaren: "Zak tiene en sus manos a un piloto deprimido y está intentando motivarlo, de ahí la idea de mandarlo a Indianápolis". El argumento final de Horner, son los riesgos que deberá asumir el bicampeón del mundo al llegar allí como debutante, en una carrera loca, sin entrenamientos previos, muy dura por su larga duración. "Así que pienso que necesita ver a un psiquiatra", refiriéndose claro está con cierta retranca, a la salud mental de Zak Brown. Desde luego, dentro de la estructura Red Bull, según su jefe, algo similar sería imposible por esos lares. Por tanto, dicho lo dicho, solo resta esperar quien ríe el último y cuanto.   Mientras tanto por la pista de Baréin, caras largas en el equipo McLaren, cuando de nuevo Alonso tuvo que abandonar la carrera a causa del propulsor, cuando quedaba sólo un giro para el final de la prueba, siendo en ese momento sólo 13º. El problema para no aspirar a más, radica en las prestaciones de su monoplaza en una parte clave de cualquier circuito. "En las rectas mi velocidad máxima era la que era. A veces miraba por el retrovisor y mis rivales estaban entonces a 300 o 400 metros, pero cuando llegaba a la frenada final ya los tenía encima", confesaba con profunda tristeza. Por tanto es lógico lo transmitido vía radio enfadado: "¡Nunca había conducido un coche menos potente en mi vida!" y añadía que espera tener avances. "El próximo mes, las tres o cuatro próximas carreras, van a ser complicadas. En Barcelona sin tantas rectas esperamos ser competitivos", ha explicado para finalizar el español. Más que un paso adelante, parece que en Honda se dan dos para atrás.   El que no sufre de problemas en cuanto a la fiabilidad de su propulsor es Lewis Hamilton. Sin embargo, el británico siempre acostumbrado desde hace tiempo a la perfección en cada carrera, piensa que sobre el asfalto de Sakhir pudo hacerlo mucho mejor. Es por ello que aunque pasen los años, nada cambia respecto a su grado de competitividad sintiendo "dolor en su corazón de no lograr la victoria". Seguidamente añadía: "La gente viene y me dice 'terminaste segundo, debes estar feliz", pero para su fuero interno, esa posición no cumple del todo con las aspiraciones de cualquier piloto. Más tarde reconoció, que quizás el perder la pole del sábado a manos de su compañero de escudería Valtteri Bottas, pudo marcar el posterior devenir de la carrera, sumado a no conseguir ponerse líder en la arrancada del domingo. Así que como conclusión ante todo esto y contando con el monoplaza del que goza Hamilton, en las próximas citas del mundial, él pondrá un 110% de su profesionalidad o más si cabe.   A Bernie Ecclestone se le pudo ver por primera vez esta temporada en Baréin paseando por el paddock de la tercera cita del Mundial, tras su jubilación forzosa como máximo mandatario del Gran Circo, que tantos años presidió. Y lo sorprendente no fue este hecho, sino su comentario de que él mismo se pasó o excedió en los aspectos monetarios, respecto a los distintos organizadores de Grandes Premios durante años. Aún con esto, no las tiene todas consigo sobre la manera de pilotar la nave por parte de Liberty Media al declarar: "Tarde o temprano, me asusta que los gobiernos que están detrás de los circuitos digan basta y adiós". Al conocer tales opiniones, su relevo, Chase Carey, optó de inicio por el silencio, contraatacando luego de la siguiente forma: "Bernie gestionó los beneficios a corto plazo, pero nosotros lo vamos a hacer a largo plazo". Parece a todas luces esta última, la manera más óptima de no seguir perdiendo trazados emblemáticos, además de recuperar el público extraviado.