La semana que vivimos 'peligrosamente': regreso al color rojo

Ha sido Niki Lauda el que encendió algunas luces rojas de alerta por Brackley sobre este hecho. El austriaco empieza a creer que visto lo visto, los de Maranello pueden contar con un monoplaza verdaderamente competitivo, con el que pueden hacer sombra a los suyos. Por ello comentó: "Las campanas de alarma suenan para nosotros. El que gana en Baréin tiene un cierto colchón para las próximas carreras". Uno de los puntos clave podría estar en que el W08 no obtiene las prestaciones esperadas con las nuevas gomas de Pirelli de esta temporada. Mientras Gerhard Berger fija el foco de atención en el primer espada de Ferrari al decir: "El factor Vettel puede decidir el Mundial de este año". Finalmente Helmut Marko, seguía la línea argumental del austriaco al confesar: "Sebastian rueda constantemente al límite, sin cometer ningún error, siempre sabiendo qué hacer", sin olvidar citar algún error cometido por los de Mercedes. Por tanto, de subsanarlos, máxima rivalidad, dura pugna.

Mientras tanto, el compañero de Sebastian Vettel, Kimi Räikkönen, que se mostró muy competitivo durante la anterior temporada, parece que en esta vuelve a sufrir de problemas de adaptación a la nueva normativa del 2017. Los números certifican que mientras el teutón suma 68 puntos, el finlandés sólo tiene en su casillero justo la mitad. "Para ser honesto, me cuesta mucho adaptarme. Se supone que debes cogerle el tacto al monoplaza nada más empezar el año, pero obviamente, no lo he conseguido", señaló el fnés recientemente. Entre las causas ofrecidas, podría estar lo sucedido el primer día de los libres de China, sin casi actividad en pista. Aún con esto, afirmó que se siente satisfecho con el coche, dado su constante  progreso. "Quedan pequeños detalles. En general, todos contentos, pero yo, personalmente no lo puedo estar con los resultados de este fin de semana", confesaba seguidamente. No me cabe duda de que el campeón del 2007 volverá por sus fueros en breve, a la menor ocasión.   

El incidente sufrido entre Felipe Massa y Pascal Wehrlein en la Race Of Champions de 2017, tuvo para el segundo más consecuencias de las que a priori se pensaron en su momento. Así el alemán se perdió las dos primeras carreras del calendario de la Fórmula 1, aunque en Australia disputó las sesiones de libres del viernes, para posteriormente ser sustituido por Antonio Giovinazzi. Esto trajo consigo, todo tipo de rumorología, sobre los verdaderos motivos de su ausencia también en China. "La gente me juzgó sin saber por lo que pasé, pues estaba lesionado y debían darme luz verde para correr", confesó algo enojado el joven teutón. Finalmente expuso algo de suma importancia: "Sabía qué tipo de lesión tuve, lo grave que era. Nunca me presionaron desde Mercedes o Sauber. Fue algo  que pudo haber terminado con mi trayectoria. En Melbourne me di cuenta que era demasiado pronto, que no estaba en forma". Felizmente, por fortuna, todo ha quedado solucionado para Wehrlein, con vistas al resto de la temporada.

Fue comenzar a plantear el tema del camino a tomar respecto a los motores que puedan reinar a partir del 2021, cuando de inmediato Marko desempolvó algo ya planteado por ellos mismos hace tiempo, a saber, un proveedor de independiente. Las premisas, en opinión del asesor de Red Bull, sería uno barato, fiable y sencillo. Esto acarrearía, según el austriaco, un abaratamiento de los costes, al situarlo por debajo de los diez millones de euros, nada comparable al precio de las actuales unidades de potencia. "Hablamos de un motor mucho menos sofisticado del que tenemos actualmente. Hay bastantes compañías que pueden hacerlo", dijo con total convencimiento. Y como no podía ser de otra manera, dejo caer algo ya rumiado no hace mucho tiempo confesando: "Esperamos que los nuevos propietarios con la FIA, encontrarán una solución al final de esta temporada. Si esto no ocurre, nuestra presencia en la F1 no está asegurada". De nuevo parece el cuento del pastor y el lobo.

Desde Renault, respecto a lo anterior pero en un tono mucho más calmado y comedido, su director general, Cyril Abiteboul, estima que al conjunto de la F1, le tomará su tiempo ponerse de acuerdo respecto a esas nuevas reglas para 2021. "Es un tema en el que las soluciones no se encuentran de forma fácil. Necesitas satisfacer a los fabricantes, pues financian el modelo actual del deporte", dijo el francés, añadiendo que posiblemente el camino sea "uno diferente en el que estos no sean tan importantes para el modelo de negocio de este deporte". Así, desde la marca del rombo, se vuelve a comentar que el tema del control de gastos es un punto esencial. "Sin ir a los detalles técnicos, ahora todo es demasiado caro, así que un techo presupuestario ayudará". Finalmente apuntó lo siguiente: "Será un reto, uno común, así que espero que con los cerebros que tenemos en el paddock, podamos encontrar soluciones". Tiempo hay, así que confiemos que también lo sean las ganas.

Bernie Ecclestone no abandona su histórica propensión a la clarividencia, aunque ahora solo desempeñe el cargo de presidente de honor de la F1. Y como ha sucedido en las últimas temporadas, incluso tras disputarse muy pocos Grandes Premios, rápidamente pronosticó el piloto que puede ser el máximo favorito para alzarse con la corona mundial al final de la temporada. No es por ello demasiado dificil atisbar que nombró a Lewis Hamilton, por delante de otros pilotos, incluido un germano que ya suma dos triunfos en las tres carreras que han visto caer la bandera a cuadros. Bien es cierto que Ecclestone ha destacado el cambio de mentalidad de Vettel como punto esencial, pues en su opinión cuando este fichó por Ferrari "pensaba que iba a ser inmediatamente campeón del mundo". Sin embargo seguidamente afirmó: "Lewis será campeón del mundo. Estaría feliz si Sebastian lo ganase, porque él es un buen amigo mío. Pero las cosas cambiarán”. En 2016 dijo lo mismo y, desde luego, no acertó.