¿Quieres comprar un Tesla? Te contamos nuestra experiencia

Hace unas semanas, desde SoyMotor.com solicitamos la prueba de un Model S a través de la web de Tesla. Ésta es una posibilidad que está abierta a cualquier hipotético comprador o persona interesada en la marca, y nosotros, sin duda, lo somos.

Al día siguiente de cursar la solicitud, y sin mucha esperanza de recibir una rápida respuesta, sonó el teléfono. Una empleada de Tesla agradecía nuestro interés y nos citaba para realizar la mentada prueba en el nuevo punto de venta que la marca iba a abrir en Valencia el martes 1 de agosto. Según nos informó, íbamos a ser los primeros en probar el modelo eléctrico en la ciudad del Turia, lo cual nos hizo una especial ilusión.

Al acudir a la cita convenida en el hotel Las Arenas, donde Tesla tiene su punto de venta, Alejandro y Maggie –product specialist y store manager de Tesla, respectivamente– nos recibieron y explicaron cuanto quisimos saber sobre la marca, sus modelos, precios, mantenimiento y posibilidades de carga.

Según nos contaron, Tesla cuenta con tres puntos de venta –en Madrid, Barcelona y Valencia– ubicados en hoteles de su red de carga en destino pero, antes de que acabe el año, abrirá sus dos primeras tiendas físicas en Madrid y Barcelona. Además, hasta el 31 de agosto permanecerá abierta una tienda itinerante temporal en El Corte Inglés de Puerto Banús, Marbella.

Hasta diciembre del año pasado, si querías hacerte con un Tesla nuevo tenías que ir a Holanda, comprarlo en la fábrica y encargarte del transporte hasta España y su matriculación. Ahora, Tesla matricula y entrega todos los modelos que vende en España, ya sea a través de su página web o en los puntos de venta como el que visitamos.

Tras un repaso a la gama del Model S, sus versiones y precios, indagamos acerca del mantenimiento y la red de talleres. Tal y como nos relataron, Tesla ya cuenta con un servicio técnico que trabaja en Barcelona, y una unidad móvil que viaja por todo el país para resolver averías menores. Junto a sus dos primeras tiendas en Madrid y Barcelona, antes de que acabe el año abrirá dos centros de servicio para atender a sus clientes.

Cuando preguntamos por el mantenimiento de los coches, nos mostraron el programa de revisiones que la marca recomienda anualmente o cada 20.000 kilómetros, pero que no es imprescindible cumplir para mantener la garantía de ocho años con kilómetros ilimitados en la batería y motores, y cuatro años u 80.000 kilómetros en el resto de componentes. Es lógica esta flexibilidad dado que el mantenimiento de un coche eléctrico es, salvo accidente, francamente exiguo.

Las revisiones periódicas tienen un coste de entre 500 y 1.000 euros, según los kilómetros recorridos y el modelo. La marca ofrece planes de mantenimiento a tres y cuatro años que se abonan por adelantado y resultan más económicos que cada una de las revisiones de manera independiente. Éstas incluyen, entre otros servicios, el realineado y la rotación de los neumáticos, la sustitución de las escobillas del limpiaparabrisas y la pila del mando-llave, y el cambio del líquido de frenos así como el refrigerante de la batería –este último a los cuatro años–.

Al preguntar por la duración de las baterías, nos señalaron que Tesla estima la vida media de éstas entre 12 y 15 años. En ese tiempo, el acumulador se habrá degradado de modo que sólo podrá ofrecer el 80% de su capacidad. No pudieron indicarnos el coste de la sustitución, ya que es una operación muy poco frecuente y la mayoría de sus clientes renuevan su Tesla –y entregan el antiguo a la marca– antes de este plazo. Por la juventud del modelo, esto es una suposición, y también lo es el más que probable descenso en el precio de las baterías durante la próxima década.

Respecto a la carga de los Tesla, es posible conectar su cargador a una toma de corriente convencional –230 voltios y 13 amperios–, con lo que se logra una autonomía aproximada de 150 kilómetros en 8 horas de carga. Con una conexión monofásica de 16 amperios o trifásica de hasta 32 amperios, aumenta la velocidad de carga y se obtiene una mayor autonomía en el mismo tiempo.

Por otra parte, Tesla ofrece la posibilidad de instalar en el domicilio un cargador rápido ‘wall connector’ que permite cargar el 100% de la batería en una noche. Este cargador tienen un precio aproximado de 600 euros, pero su instalación no está incluida, lo que supone un desembolso final que promedia 1.000 euros, y variará en función del tipo de instalación.

Fuera de casa, existen más de 125 puntos de carga en destino repartidos por toda la geografía nacional, y más de 2.000 por toda Europa. Ubicados en los aparcamientos de hoteles, restaurantes y centros comerciales, permiten cargar hasta 100 kilómetros de autonomía en una hora. Tesla no cobra a sus clientes por este servicio, pero algunos de sus emplazamientos sí lo hacen por el estacionamiento durante la carga.

En el caso de realizar un viaje de larga distancia y necesitar recargar la mayor autonomía en el menor tiempo posible, Tesla ha instalado 11 Supercharger en la península, y planea abrir 13 estaciones más antes de fin de año. Con una carga de 20 minutos en uno de estos postes superveloces se obtiene una autonomía de hasta 250 kilómetros.

Una vez resolvimos todas nuestras dudas respecto al universo Tesla, llegó el momento de conocer el coche y dar un pequeño paseo. Estacionado en el parking del hotel, junto al cargador antes mencionado, un impresionante Model S 90D blanco con llantas de 21 pulgadas nos ‘saludó’ mostrando los tiradores de sus puertas. El coche reconoce la llave al acercarse y, cuando se circula o al alejar la llave del vehículo, esconde los tiradores hasta enrasarlos con la carrocería para ofrecer una mejor aerodinámica y resultar menos tentador a los amigos de lo ajeno.

Al montar en el coche, el sistema se puso en marcha automáticamente, pero en absoluto silencio. Sólo su gran pantalla central y el puesto de control iluminados nos advirtieron que estaba listo para entrar en acción. Tras las oportunas indicaciones de Alejandro, nos pusimos en movimiento con gran suavidad.

Lo primero que llamó nuestra atención al afrontar la rampa de subida para salir del aparcamiento fue cómo la suspensión neumática inteligente del Model S se reguló en altura de manera automática. Según nos explicó nuestro particular Cicerone, el coche registra en qué ubicaciones se ha ajustado una altura de suspensión específica y la reproduce al pasar de nuevo por el mismo punto.

Ya entre el tráfico de la ciudad, comprobamos el funcionamiento del sistema de recuperación de energía, que actúa como un auténtico freno eléctrico tan pronto se despega el pie del acelerador. Es perfectamente posible circular sin tocar el pedal de freno excepto en momentos puntuales. El sistema se puede desconectar para circular ‘a vela’, pero de este modo la regeneración de la batería es prácticamente nula.

En carretera, probamos el sistema de conducción autónoma Autopilot, el cual nos sorprendió por su capacidad para cambiar de carril por sí mismo al activar el intermitente. Por contra, no nos resultó agradable la resistencia que ejerce si se quiere cambiar la trayectoria con el autopilot activado. El sistema se desactiva tan pronto se manipula el volante, pero requiere de cierta contundencia y reclama de nuestra atención si se retiran las manos del volante durante varios segundos.

Al tratarse de una prueba de conducción destinada a potenciales compradores, no tuvimos ocasión de evaluar el coche en profundidad como hacemos con otros vehículos de prensa, pero muy pronto realizaremos una prueba de mayor duración con otra unidad de mayor potencia.

Lo que sí pudimos experimentar es su gran aceleración y lo lineal de ésta. Como cualquier vehículo eléctrico, entrega todo su par desde el primer momento y empuja sin desfallecer hasta que se alcanza su velocidad máxima. En ningún momento superamos el límite de velocidad de la vía, pero sí comprobamos su capacidad para progresar de 80 a 120 kilómetros/hora casi de inmediato.

De vuelta a las ‘instalaciones’ de Tesla, Alejandro nos mostró el funcionamiento del configurador online de Tesla y los distintos modelos disponibles tanto en stock de vehículo nuevo, como usados con muy pocos kilómetros. Lo cierto es que los precios entre Model S P100D bajo pedido –165.000 euros– y uno en stock -152.000 euros- con el mismo nivel de equipamiento, difieren considerablemente. Sin embargo, la diferencia en el plazo de entrega de un Model S en stock -14 días- y otro similar bajo pedido -tres meses- no es excesivo. No es así en el caso del Model 3 que, comprado ahora se recibiría a finales de 2018.

Por otra parte, la diferencia de precio entre un Model S 90D de 2016 con el frontal antiguo y 26.700 kilómetros –91.500 euros–, y otro en stock de similares características –104.840 euros– es de 13.340 euros. Queda en la mano del hipotético comprador decidir si éste es un ahorro sustancial a la hora de adquirir un coche de estas características.

En definitiva, nos queda la sensación de que Tesla no sólo es una marca dispuesta a revolucionar la arquitectura del automóvil tradicional, sino también la forma de hacerlo llegar a sus clientes. Finalmente, ayer no compramos el Tesla Model S, pero resulta fácil pensar que un gran número de conductores estará en disposición de hacerlo muy pronto.