De la Chapelle: de construir monovolúmenes V12 a réplicas de Bugatti

Xavier de la Chapelle fundó en Saint Chamond, Francia, la empresa que lleva su nombre a mediados de 1975 con la intención de fabricar pequeñas series de réplicas Bugatti. Su primer trabajo en 1978 fue inspirado por el Type 55 Roadster y fue tan bueno, que la familia Bugatti dio su permiso para la utilización de la insignia en sus coches.

Sus mecánicas eran tomadas de BMW, en concreto de seis cilindros, que podían estar preparadas por AC Schnitzer o Alpina, nada menos. A lo largo del tiempo fue perfeccionando la fórmula y ofreció variantes tanto de cuatro plazas como una más ligera denominada Grand Prix para una conducción más deportiva.

La culminación llegó a comienzos de los 90 con el Atalante inspirado en el magnánimo Bugatti Type 57 del que se fabricaron únicamente 17 unidades a finales de los años 30.

Por aquel entonces, De la Chapelle se convierte también en el presidente de Venturi Automobiles, en una época dulce en la que ésta fabrica sus coches más reconocidos como el 260 Atlantique o el 400 GT, con su propia competición monomarca.

Es también un momento en el que deciden expandirse hacia otros frentes completamente inexplorados cuyo resultado fue el Parcours, un monovolumen de lujo con una mecánica V12 de origen Jaguar.Todo obedece a la petición de un cliente en 1987, quien desea un coche de estas características: grande, lujoso, potente y con tecnología de vanguardia.

El resultado fue el que se ve en las imágenes, con unas grandiosas cotas de 5,35 metros de longitud, 2,0 metros de altura y 1,73 metros de alto, con una distancia entre ejes de nada menos que 3,12 metros. El diseño, bastante simplista y con una trasera cuando menos curiosa gracias a las ópticas prestadas por el Audi 80, corrió a cargo de la casa Barré Design, aunque cumplió con su cometido con nota, ya que arrojaba un coeficiente aerodinámico de 0,28, el mismo que todo un Porsche 911 de la generación 996. Robert Chouler, mente pensante tras los proyectos de aerodinámica del Porsche 917 o Matra 640, estaba al cargo.

Aun y así, el aspecto podría pasar por el de un monovolumen corriente de no ser por el 'splitter’' delantero o las cuatro salidas de escape que lo delataban. ¿El motivo? Un enorme V12 de 5.3 litros prestado de los primeros Jaguar XJ, con 273 caballos. Curiosamente, la oferta más potente con 326 caballos provenía de un V8 de origen Mercedes, que contaba además con un par motor de 421 Newton metro que le permitía acelerar y acelerar hasta llegar a los 250 kilómetros/hora.

Por defecto, toda esta potencia se enviaba al eje posterior, pero en opción se ofrecía con tracción total y siempre con una caja de cambios automática. Los consumos no eran contenidos ni mucho menos, y los 160 litros de capacidad se repartieron en cuatro depósitos de 40 litros

El interior presentaba espacio para siete u ocho ocupantes, asientos de cuero con ajustes eléctricos y desplazables, climatizador automático tanto delante como detrás y hasta teléfono incorporado. El confort se remataba con una suspensión neumática.

Los objetivos eran fabricar 100 unidades anuales, aunque finalmente solo llegaron a completarse tres: dos prototipos de motor V12 y la única unidad comercializada, con V8. El dinero dejó de fluir cuando los inversores abandonaron el barco tras el infructuoso paso de Venturi por la Fórmula 1.

A mediados de la década de los 90 vuelven con un concepto distinto, esta vez el de un ligero roadster con chasis tubular de acero y carrocería de aluminio, con un peso de tan solo 835 kilos. Hacía uso de una mecánica Peugeot de 2.0 litros y 160 caballos extraída de la versión Mi16, pero montada en posición trasera transversal. Por desgracia, y a pesar de un a priori fructífero acuerdo con un inversor indio, éste muere en situaciones extrañas y el proyecto se desmorona por sí mismo. Únicamente fabrican el prototipo y tres unidades más.

Llegamos a 2023, cuando De la Chapelle parece resurgir con un nuevo modelo, de vuelta a los orígenes de estética retro, con el Atalante V8. La mayor novedad, como dice su nombre, es la incorporación de una mecánica de ocho cilindros en lugar de las de seis que se venían utilizando en sus automóviles de este estilo, con 461 caballos de potencia y 617 Newton metro de par —posiblemente, el mismo que equipa el Corvette C8 actual—.

En el exterior, las dimensiones también crecen, más de 10 centímetros de largo y 20 centímetros de batalla para llegar a los 4,65 metros de largo por los 1,92 y 1,34 de anchura y altura respectivamente. Todo ello favorecerá el espacio interior, que incorporará elementos de artesanía maderera, lujo y comodidad en el cliente podrá optar por una transmisión manual de seis relaciones o una automática de ocho.

¿Y qué ha hecho a la marca volver del olvido? De la Chapelle explica que un cliente fiel se lamentaba de haber vendido su Atalante seis cilindros y pidió al artesano que le realizara un modelo nuevo, más moderno, con mayor presencia y motor V8. A tener en cuenta que este francés tendrá un peso final 300 kilos inferior al del americano del que toma prestado su motor gracias al uso de fibra de carbono en su carrocería, por lo que los propietarios harán bien en no subestimar su nueva posesión.

Todavía no existen datos más concretos y por el momento solo se ha fabricado una unidad prototipo todavía en fase de desarrollo, pero todo parece indicar que se fabricarán solamente siete ejemplares a un precio mínimo de 500.000 euros, lo que nos inclina igualmente a pensar que ya deben estar todos vendidos.