Renault y Ferrari, a punto de penalizar

Todo ello mientras los aficionados esperaban que fueran los clientes de Honda los que sufrieran la mayor parte de problemas. Daniil Kvyat recibió aquí nuevo motor, nuevo turbo, nuevo MGU-H y nueva MGU-K tras la primera sesión de entrenamientos libres, pero fue por precaución ante una serie de lecturas anómalas en los datos. En Honda cruzan los dedos para que algunos de estos elementos no estén dañados porque se ha intervenido antes de que se rompieran y sean recuperables. La unidad de potencia nipona parece haber dado un salto espectacular esta temporada.

En Renault, tras lo sucedido a Carlos Sainz en Baréin, ahora han sido los otros tres pilotos que usan este motor los que, por precaución, han sustituido la MGU-K, lo que antes conocíamos por KERS, como Carlos tuvo que hacer en Sakhir.

El problema es que este año sólo están permitidos dos KERS para toda la temporada y parece obvio que no podrán completarla sin al menos un tercer KERS, con fortuna.

El KERS ha sido uno de los problemas recurrentes de Renault en esta nueva era híbrida y aunque las unidades montadas ahora se han reforzado y revisado, no está claro si las modificaciones aportadas serán suficientes para asegurar al menos nueve Grandes Premios sin problemas.

Pero hay más: tanto Sainz como Nico Hülkenberg han montado su segunda MGU-H, también su segundo motor térmico y un segundo turbo. En el caso de estos elementos cada piloto puede usar tres esta temporada, pero es obvio que el primer cambio llega muy temprano para ellos y difícilmente podrán completar el año sin penalizar por esos elementos.

Por cierto, Hülkenberg debió abandonar en Shanghái por mal funcionamiento de su MGU-K, pero Cyril Abiteboul dijo que posiblemente era un simple fallo de software por las prisas del montaje y no debido a la unidad en sí.

Ahora en Renault esperan analizar a fondo lo sucedido para ver si con la MGU-K de segunda generación es suficiente o bien en Bakú deben montar otra con especifícaciones diferentes, evolucionadas. Sería un tremendo palo para los franceses.

En el caso de Ferrari, el problema está relacionado con la centralita eléctrónica del motor, que tenía algunas debilidades causantes del problema de inyección en el coche de Leclerc en Baréin. Tanto los dos coches rojos como los dos de Haas han montado una unidad nueva. Curiosamente no ha sido este el caso en el Alfa Romeo de Kimi Räikkönen, que firmó un carrerón. Tampoco debía serlo para su compañero Antonio Giovinazzi, pero el italiano sufrió el mismo problema que Leclerc en China en la primera sesión de entrenamientos libres, por lo que le montaron la segunda centralita.

En este caso, el problema es similar al de Renault en que sólo están autorizadas a dos centralitas electrónicas por temporada. Pero éste es un elemento que posiblemente tenga menos posibilidad de rotura que el KERS o la MGU-H, así que cruzan los dedos para salir bien librados del problema, con las penalizaciones reducidas al mínimo.

Tal como están las cosas, en Barcelona tendremos una idea más clara de la fiabilidad de los propulsores, pero a buen seguro que los pilotos que usan Ferrari y, sobre todo, Renault deben de sentir la espada de Damocles sobre sus cascos.