Visitan las instalaciones abandonadas del Salón de Ginebra

Ginebra insistió en repetidas ocasiones que la crisis del Covid-19 no afectaría a su programa de actividades, pero el pasado viernes se vio forzada a comunicar su cancelación después de que las autoridades gubernamentales prohibieran las concentraciones de más de 1.000 personas por el riesgo de contagio. Los fabricantes fueron informados tan sólo unas horas antes de que se emitiera la nota de prensa.

Para aquel entonces los fabricantes no sólo habían ejecutado la mayor parte del presupuesto previsto, sino que los expositores ya estaban en una fase avanzada de montaje e incluso habían llegado los primeros vehículos. Todo eso se vino abajo en la mañana del viernes con un anuncio que pone en jaque la viabilidad de este tipo de eventos, más ahora que existe una alternativa digital.

Ahora ha emergido un vídeo en YouTube que nos permite echar un vistazo a cómo estaban los preparativos en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Ginebra, sede habitual de esta feria. Más allá de un paseo por un salón fantasma, el verdadero drama de esta pieza es que evidencia la gravedad de las pérdidas económicas que esta crisis puede tener para la industria.

Los promotores ya han anticipado que el Salón de Ginebra volverá con más fuerza en 2021, pero a nadie se le escapa que las marcas deberán asumir los costes derivados de esta anulación. Como fue por causas de fuerza mayor, la organización se salvará de compensarlas económicamente y sólo tendrá que devolver el dinero de las entradas.

Esto ocurre en un momento delicado para las ferias de automóviles, que ven su modelo cuestionado por el auge de la comunicación digital. Esta semana hemos sabido que el Salón de Frankfurt se trasladará a Múnich a partir de 2021. No es una noticia baladí, porque llevaba siete décadas en la misma ciudad. Las protestas ecologistas, la pérdida de público y el desinterés de los expositores ha motivado ese cambio.