Kubica huye de polémicas y se centra en el rol de probador

El polaco, que a finales de la semana pasada hizo un filming day en Motorland, se subió ayer al volante del FW41 que acababa de dejar libre Sergey Sirotkin para realizar 48 vueltas al circuito, sólo cuatro menos que el ruso. 

Además, fue más veloz. Realizó un crono de 1'21''495, 327 milésimas mejor que el ruso. En ambos casos, los neumáticos eran idénticos, aunque no se sabe si otros detalles del coche –la gasolina, por ejemplo– eran también equiparables. Pero sí que una pista algo más rápida, poco antes de que comenzara el 'chirimiri' de agua-nieve, pudo beneficiarle.

En Williams sostienen que la prueba comparativa que ambos realizaron en el test de Abu Dabi, justo al finalizar el pasado mundial, revelaron que Sirotkin era más consistente y algo más veloz, pero la tardanza en anunciar la decisión alimentó la creencia de que los rublos de Sirotkin –por más que SMP negara que su acuerdo, anunciado posteriormente al fichaje del ruso, con el equipo británico tuviera que ver con el tema– le habían hecho llegar al asiento y de que Kubica no disponía de los 15 'kilos' necesarios.

Kubica, sin embargo, quiso huir de estas consideraciones "porque no estoy aquí para esto y además no puede hablarse de tiempos en estas condiciones de pista" y de otras que atañen a su condición física, concretamente a su brazo derecho, que arrastra las secuelas del accidente del Rally di Andora de hace ya ¡siete años!. Su retorno, aunque sea como probador, le convierte en el piloto más 'longevo' de la historia de la F1 en este puesto.

"Me he sentido muy bien. Ha sido muy bonito volver, aunque sea en un rol muy distinto al de otra época. Creo que me he adaptado bien a mi papel, pensaba que tendría más dificultades. Probar en el simulador está bien, pero hacerlo en la pista es mejor, te da una visión más amplia del coche y esto me permitirá ayudar mejor al equipo", señaló Kubica.

Para el polaco, todos los interrogantes sobre su condición física deben cesar. "Cada vez que cambio algo en el volante hay personas que dicen que es para solventar alguna carencia. Todo esto no tiene sentido. Estoy bien y si no lo sintiera así, no estaría aquí. ¡Naturalmente que tengo mis límites!, pero quizás el problema es que siempre he sido muy sincero sobre mi estado. Pero esto debe acabar", agregó.

Robert estuvo contento con las sensaciones reencontradas, aunque admitió que poco pudo hacer con el coche. "En estas condiciones, con agarre diferente en cada curva es difícil tener confianza en el monoplaza, pero espero haber contribuido al desarrollo del mismo con las informaciones que he podido dar al equipo", añadió para finalizar.

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