Subaru Impreza 2018: Queridos Reyes Magos...

El Subaru Impreza ha vivido tiempos delicados en Europa a la espera de una quinta generación que llega cargada de cambios. En primer lugar, porque Subaru introduce una nueva plataforma modular global, la misma que utiliza el modelo XV. Aunque este vehículo ha sido el que de alguna manera ha ocupado su nicho de mercado, ahora bajo la 'Subaru Global Platform' ambos coches ganan en diferenciación y podrán convivir en un mercado europeo que tiene exigencias muy diferentes a las de Estados Unidos o Japón.

La nueva plataforma permite que el Subaru Impreza gane en rigidez y estabilidad pero pierda en peso y en costes de fabricación. En este aspecto, la quinta generación del modelo japonés sufre una completa renovación técnica. Cambia su dinámica y su centro de gravedad, de la misma forma que se ha modificado el comportamiento de las suspensiones. Donde no hay sorpresas es en el 'alma' de este modelo, en su ADN, ya que la base del Subaru Impreza son sus motores bóxer y el archiconocido sistema de tracción total Symmetrical All-Wheel Drive.

Precisamente en cuanto a su mecánica, la firma nipona ha anunciado una humilde gama de propulsores exclusivamente de gasolina que se compone de un 1.6 de 114 caballos y un 2.0 de 156. Este último recibe mejoras en su transmisión automática con variador continuo Lineartronic, opcional, en pro de asegurar una mejor respuesta y mayor aceleración. Además, estos avances concuerdan con un interior ligeramente remodelado, de mayor calidad y con un nivel tecnológico sobresaliente, sobre todo en lo referente a los asistentes de conducción, como el sistema EyeSight, o al multimedia y a la conectividad móvil.

Disponible en carrocería de cinco puertas –hatchback– y de cuatro puertas –sedán–, la quinta generación del Subaru Impreza no presenta una revolución precisamente estética. De hecho, su estilo se acerca casi en exceso al lenguaje de diseño del XV, pero mantiene gran parte de la esencia deportiva de su antecesor. Sin embargo y a diferencia de lo que se podría pensar de un vehículo que pertenece al segmento C, el nuevo Impreza, ya en su carrocería compacta, mide nada menos que 4,6 metros, lo cuál le convierten en uno de los coches más grandes –y espaciosos– de su categoría. ¡Es casi un familiar!

En España su comercilización dará comienzo a final de este mes de abril con un precio de partida de 20.400 euros, uno argumento que le permite competir muy de cerca con los hatchback generalistas europeos como el Volkswagen Golf, el Opel Astra, el Seat León, el Citroën C4, el Peugeot 308 o el Renault Mégane. Ya sólo queda esperar por su variante deportiva WRX.

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