Esto es lo que siempre intento explicar y tan difícil es de hacer entender sobre Fernando Alonso

El que esto escribe no se gana la vida con ello. Escribiendo me refiero. Ya me gustaría, pero no es así pese a que muchos en los comentarios se empeñen en tratarme de periodista. No me asusta ni avergüenza decirlo. Creo que ya lo hice más de una vez por aquí, porque me gusta ir de frente. Por tanto, tengo un trabajo estable desde hace años con el que pago las facturas por así decirlo. Algo que no es poca cosa en los tiempos que vivimos.

Para que el lector se haga una idea, muchas semanas al año trabajo de lunes a domingo y esta semana de Gran Premio de Brasil fue una de esas. Suerte que dicha carrera, debido a la diferencia horaria, se retransmitía aquí a las 18:00h y pude verlo en directo. Muchas veces ni eso puedo y me veo obligado a verlo en diferido cuando el trabajo me lo permite. No trato de justificarme, pero ese es uno de los motivos por el que me prodigo poco por aquí, algo de lo que más de uno se alegrará.

He dicho muchas veces aquí, en redes sociales o incluso en persona a amigos y conocidos lo que a continuación van a leer: Fernando Alonso es un tipo al que de alguna manera le debo mucho y voy a tratar de argumentar el porqué de forma que se me entienda lo que con esto quiero decir.

El que tras una larga y dura semana, tanto a nivel personal como laboral, llegue un tipo que durante un par de horas de domingo, te haga disfrutar con su pilotaje tanto como para olvidar todas tus penurias, problemas y demás dolores de cabeza que te ha traído la semana, no tiene precio. Es algo que está al alcance de muy pocos lograrlo y mucho más si ha sido capaz de conseguirlo durante los últimos 20 años. Creo que con esto resumo bastante el porqué de cuando digo que, de alguna manera, le debo mucho al piloto asturiano.

Pero vamos al meollo de la cuestión, ¿Que cómo lo viví, Antonio? Pues con los dedos cruzados de ambas manos, aguantando el orinarme las últimas 20 vueltas y a punto de convertirme en el nuevo Marty Feldman, ya que tenía un ojo puesto en la tabla de tiempos y el otro en la carrera en sí. ¿Atacado de los nervios? Más bien tenso pero tranquilo. Soy más del estilo Cuquerella.

Sobre Fernando Alonso poco más puedo decir que no haya dicho ya múltiples veces en este blog. Es un tipo de piloto que no veremos nunca más en la vida, tal y como lo describe mi amigo Lluis. Un 'moustro', un maestro. No se trata de magia lo que hace, porque el mago era otro de Sao Paulo. Se trata de manos, pies y cabeza para cuándo, cómo y por qué usarlos. No traten de entenderlo.

Fangio, Prost, Senna y Schumacher entre otros siempre serán leyendas y merecen su respeto, pero el asturiano lleva 20 años demostrando, sin rendirse, de lo que es capaz con motores de diversos fabricantes, V10 y V8 atmosféricos, motores turbo e híbridos, con KERS, DRS y sin ellos también. Subido en un Indycar o en un coche del Dakar, también en resistencia, en Daytona o Le Mans, bajo la lluvia o en condiciones de alta temperatura y humedad. Lo ha hecho con neumáticos Michelin, Bridgestone o Pirelli. Da lo mismo, no pido que me lo mejoren, tan sólo que algún piloto intente igualarlo. Es una lástima que algunos, los de siempre, sólo se fijen y usen como argumento para menospreciar su talento las cifras de títulos mundiales que pueda tener en sus vitrinas.

Qué más puedo decir de un tipo que, durante casi 20 años, casi cada domingo a la hora de sentarse a comer, que es la que normalmente coincide con la de cada Gran Premio de F1, prácticamente nos ha acompañado en la mesa hasta tal punto que, a mi madre, de alguna manera, solamente le faltó muchas veces poner para él, un plato más.

Un tipo que sigue teniendo un carisma que otros pilotos con más títulos en el bolsillo sueñan con tener, tanta que en la casa donde Senna es más que Dios, también corean su nombre:

 

 

 

 

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Un tipo que siempre que ha tenido coche, ha estado ahí y espero que tarde mucho en bajarse.

Un saludo.

Javi C.