Fernando Alonso y Jenson Button, el reencuentro de viejos conocidos

Hace más de una década, en 2002, Alonso llegó a Renault como piloto de pruebas con todo el apoyo de Flavio Briatore, jefe de equipo. El italiano había visto algo especial en el español y tras un año fogueándose en Minardi, se lo llevó al equipo francés para aprender. Darle la responsabilidad de ser el de piloto de pruebas a un chaval de veinte años con una sola temporada de experiencia en la categoría reina podría parecer una decisión poco inteligente pero sin las limitaciones de hoy en día, tenía todo el sentido del mundo.

Alonso podría desarrollarse como piloto, aprender y apoyar al equipo, todo a la vez. Más de 1.500 vueltas de pruebas a lo largo de la temporada ayudaron a cumplir todos los objetivos marcados. El piloto quedaría listo para competir en 2003 y el equipo realizó un gran salto adelante. El líder de la escuadra, un británico llamado Jenson Button que venía de un 2001 difícil en lo que había sido el último año como Benetton.

Button llegó al equipo de Enstone como una promesa de futuro en un equipo que buscaba recuperar los días de gloria. Desafortunadamente, se encontró con el peor monoplaza que Benetton tuvo en su historia y con un compañero de equipo que le sacó los colores. Los malos resultados junto a una fama de piloto con una activa vida nocturna le dieron el apoyo de "Playboy"; justo lo contrario de lo que se percibe de él hoy en día.

Así pues, estos dos futuros campeones del mundo coincidían en los inicios de sus carreras deportivas con dos papeles muy distintos. Si Alonso era el hombre que trabajaba en las sombras, Button tenía que conseguir resultados si quería seguir en la categoría. Pero sobre todo, ambos tenían que formarse como pilotos, como deportistas y como personas. Las largas jornadas de entrenamiento bajo el sol de Kenya en el "resort" de Flavio Briatore junto a Jarno Trulli -el otro piloto de Renault- y Mark Webber -que tenía a Briatore como mánager- darían sus frutos.

Para Button, la temporada fue particularmente bien. Viniendo de los dos puntos fruto de un quinto puesto en 2001, en 2002 las cosas mejoraron enormemente. Siete resultados en los puntos con un total de 14 y la séptima posición final en el campeonato, aunque el primer podio se le seguía resistiendo. Adicionalmente, los puntos obtenidos por Trulli situaron a Renault en cuarta posición del campeonato de constructores. Una gran mejoría por parte de un equipo que doce meses antes parecía perdido.

Los puntos eran un indicador del trabajo que se había realizado en Enstone y también en Viry-Châtillon, sede de motores de Renault Sport F1. Pero el rendimiento se había conseguido, en buena parte, gracias a la información sacada de las pruebas llevadas a cabo por cierto español que cada día era más veloz y estaba más preparado para competir. Flavio Briatore se encontró con un dilema contractual al tener a Trulli confirmado y a dos pilotos capacitados batallando por el segundo volante.

Fernando Alonso acabó siendo el elegido, reemplazando a un Jenson Button que habría preferido quedarse en el equipo en el que estaba empezando a destacar. Flavio Briatore recibió enormes críticas por esta decisión, de forma parecida a como sucederá a partir de ahora con McLaren y la decisión tomada con respecto a Kevin Magnussen. En su día, Button fue el perjudicado. Esta vez, ha sido el beneficiado. Pero siempre con Fernando Alonso buscando el éxito. En su día, la historia terminó con los dos pilotos en los equipos que les acabarían dando sus títulos. ¿Sucederá lo mismo esta vez?