El Circuit de Barcelona-Catalunya promete mejoras de atención a los fans

Pero estos éxitos no deben hacernos perder de vista que los responsables del Circuit de Barcelona-Catalunya deberán trabajar mucho para mejorar la atención a los aficionados que acudieron a la instalación.

Si mostraron cintura y capacidad de adaptación para ampliar el aforo ante la avalancha de peticiones de entradas, no tuvieron el mismo acierto a la hora de ofrecer a los espectadores la atención que merecen y se quedaron cortos en las previsiones.

Las protestas han sido generalizadas. Pocos puntos de catering; se agotó el agua; colas espectaculares para ir a los lavabos –donde no siempre se respetó la advertencia de que el agua de los mismos no era potable–; lío en los parkings; colas en la entrada; problemas con los autobuses lanzadera; incluso parkings colapsados de forma que algunos que habían pagado plaza se encontraron que no podían acceder.
Parte de estos problemas vinieron dados por escasez del personal, pero también porque la mayor parte de éste era bisoño y habían recibido un entrenamiento mínimo.

Hoy con las redes sociales, que lo pregonan y amplifican todo, este tema es de gran trascendencia. Y la mejor prueba de ello es que el Circuit recibió el martes una carta de Liberty Media, el promotor del Campeonato, que instaba a los organizadores a reaccionar para futuras ediciones. Stefano Domenicali ya dijo el domingo que informaron al promotor de que esto no es aceptable y de que deben trabajar juntos para encontrar soluciones. Lo que a la postre es importante para asegurar la perennidad del Gran Premio de España en el Circuit de Barcelona-Catalunya más allá del contrato en vigor, que se renovó a finales del pasado noviembre hasta 2026.

Cierto, la gran afluencia tras dos años sin espectadores y las condiciones meteorológicas reinantes –sol inclemente y temperaturas récord, que no se habían visto desde 1950– ayudaron a amplificar el problema.

Lo primero se sabía de antemano. Lo segundo, el jueves quedó muy claro y el viernes se obtuvo la confirmación; podría haberse aumentado si no los puntos de venta, sí el stock de bebidas disponibles. Podrá decirse que el servicio de bar es una concesión por concurso, pero corresponde al Circuit tutelarlo y no nos extraña que la afición pidiera más tribunas cubiertas, ante el sol que había. Ha habido algún Gran Premio en el que los bomberos llegaron a refrescar alguna tribuna con mangueras.

Lo de los accesos podría solucionarse con un apeadero junto al Circuit –que de paso podría dar servicio al polígono que lo rodea– de forma sencilla… sobre el papel, ya que no basta con un apeadero, sino que se precisan vías donde aparcar los convoyes para que estén libres y que sean suficientemente fluidas en la operación retorno y la inversión necesaria –tema de negociar con Renfe aparte– sería muy elevada y difícilmente amortizable. Hay que tener en cuenta a las 75.000 personas que usaron el servicio de tren para ir a Montmeló.
También hay que intentar orquestar la 'operación salida' para que sea más fluida, ofreciendo en la propia instalación entretenimientos adicionales, como conciertos, etc, tal como se hace en otros Grandes Premios.

A los que llevamos años asistiendo a Grandes Premios alrededor del orbe no nos sorprenden mucho los problemas de las colas de entrada. Silverstone, Magny-Cours o Paul Ricard tienen este mismo problema; incluso en Spa o Monza las colas son kilométricas y poco se puede hacer porque el entorno es el que es y la red viaria tiene la capacidad que tiene, limitada porque la entrada a los parkings ralentiza la marcha.

José Luis Santamaría, el director del Circuit, explicó que en la carta, Liberty felicitaba al Circuit por el fin de semana y la pasión con la que se vivió el GP de España, prueba importante en la historia de la Fórmula 1. Pero también señalaba que "hay cosas en las que debemos trabajar juntos, tanto Circuit como la F1, para seguir mejorando y hacer la experiencia más grata a los aficionados" y, en particular, señala el tema de los accesos como uno de los aspectos a mejorar juntos.

Santamaría recalcó que este GP "ha sido el tercero de la historia en cuanto a asistencia de aficionados" y que los datos de Renfe señalan que se duplicó la cifra de espectadores que usaron el tren este fin de semana.

Santamaría admitió que ha habido errores "y trabajamos para subsanarlos", pero explicó que para el domingo Renfe aumentó la frecuencia de convoyes y que el Circuit habilitó 45 puntos de venta extras de comida y bebidas –algunos de ellos sólo bebida, que era lo más demandado– y se repusieron existencias a lo largo de la jornada. También se permitió, por vez primera, que el público entrara con neveras portátiles.

Una cosa parece clara. Los aficionados exigen cada vez mayor calidad de servicios, en consonancia con el precio de las localidades y los responsables del Circuit deberán no sólo tomar nota y buscar soluciones, sino además saber comunicarlas. La asistencia mayoritaria de público ha sido nacional y estos aficionados no pueden perderse.

En este sentido, el próximo GP de Catalunya de motociclismo, aunque no se alcanzarán quizás las cifras de espectadores de esta vez, será la ocasión para comenzar a valorar la reacción del Circuit.