Iron Dames, una victoria que tenía que llegar, pero que se ha hecho esperar

El Porsche 911 RSR de Michelle Gattin, Rahel Frey y Sarah Bovy había hecho la Pole de la categoría gracias a Boby, ya que por reglamento es el piloto ‘broce’ quien califica en esta categoría, pero sólo vio el camino expedito a la victoria cuando el coche de sus compañeros, inscritos como Iron Lynx, abandonó a falta de dos horas y media de carrera. Deborah Meyer, la impulsora del programa, no cabía en sí de gozo.

“La última vuelta fue muy emotiva, franquear la línea de meta fue… un alivio, ¡Hacía tanto tiempo que perseguíamos esto! Habíamos estado muy cerca en otras ocasiones, pero siempre se había escapado, así que me sentía extraña, a la vez feliz y aliviada”, dijo la danesa Michele Gatting, que fue la encargada del último relevo.

Gatting señaló que se sentía muy orgullosa por ella y por sus compañeras, y todo el equipo. “Era muy importante demostrar que lo podíamos hacer, que no hemos cedido a la presión. Y a la vez es algo que aumenta nuestra confianza”.

Michele dijo que en todo momento “busqué dejar pasar a los prototipos en los lugares adecuados. Si presentas batalla acabas perdiendo tiempo y los Aston Martin no estaban lejos. Cuando atrapé a un Ferrari GT, pensé que me iba a bloquear, pero necesitaba mantener la ventaja y puede adelantarlo rápidamente”.

Y ahora, el próximo objetivo es ganar, en GT3, las 24 Horas de Le Mans. Este año se les escapó por poco tras haber sido líderes 12 horas.
“Conseguir esta victoria, tras cinco años de perseguirla es emocionante, conmovedor. Y seguro que nos ayudará a estar de nuevo en las parrillas del WEC el próximo año. Estoy muy orgullosa de comprobar como podemos Iron Dames está en el escalón más alto de la categoría y espero que sirva de ejemplo para otras pilotos. Hay más jóvenes Iron Dames que llegarán”, señaló Rahel Frey.

Sarah Bovy, por su parte, estaba asimismo emocionada, la Pole fue cosa suya y el primer stint también. Dejó pasar a sus compañeros porque sabía que no podían acabar la carrera, ya que Schiavoni, el tercer piloto, estaba enfermo y no iba a poder subirse al coche.

“Sabía que el secreto de esta carera estaba en la gestión de las gomas y nos aplicamos a ello. Hemos sabido anticipar las condiciones de la carrera y hemos buscado preservar las gomas para el final de carrera. Ha sido una espera muy larga, pero por fin está ahí la victoria”.